El mundo se encuentra rodeado por maravillas naturales en las que habitan una gran variedad de especies. Una de las que más cautiva al ser humano son los arrecifes, ecosistemas marinos donde coexisten una amplia variedad de organismos, como peces, nudibranquios, caracoles, erizos, estrellas de mar, langostas y corales. Estas zonas, de vital importancia para la conservación, son muy apreciadas debido a que sirven como espacios de reproducción de especies, además de contribuir al turismo.
El arrecife más grande del mundo es la Gran Barrera de Coral, compuesto por más de 2.900 arrecifes individuales y 900 islas que abarcan unos 344.000 kilómetros cuadrados, al noreste de Australia. Debido a su importancia, fue declarada en 1981 como Patrimonio de la Humanidad, mientras que en 1997 CNN la consideró como una de las Siete Maravillas Naturales del mundo. Sin embargo, América Latina no se queda atrás y posee el segundo más grande.
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El Arrecife Mesoamericano, el segundo arrecife más grande del mundo, se extiende a lo largo de las costas de México, Belice, Guatemala y Honduras, y proporciona un refugio vital para la vida marina. Este gigantesco sistema coralino comienza en Cabo Catoche, en Quintana Roo, México, y se despliega hacia el sur hasta las islas de la Bahía en Honduras, abarcando 1.000 kilómetros de longitud.
En México, el tramo conocido como el 'Arrecife Maya' recorre cerca de 300 km desde Cabo Catoche hasta Tulum e incluye destinos como Cozumel y el Parque Nacional Arrecife de Puerto Morelos. En Belice, el arrecife ofrece escenarios espectaculares como el Gran Agujero Azul, mientras que en Guatemala y Honduras, alberga ecosistemas marinos únicos que contribuyen a la rica biodiversidad de la región.
El Arrecife Mesoamericano abarca México, Guatemala, Honduras y Belice. Foto: ResearchGate
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Este ecosistema alberga más de 500 especies de peces, 350 especies de moluscos y 65 variedades de corales pétreos. En él habitan animales tan emblemáticos como el tiburón ballena, el manatí del Caribe y la tortuga carey. También actúa como barrera natural, ya que protege las costas contra la erosión, el oleaje y los huracanes, preservando los manglares y la vegetación costera.
El Arrecife Mesoamericano es también un lugar de reproducción para diversas especies de tortugas marinas, mientras que en sus profundidades, cañones, barcos hundidos y cuevas submarinas revelan un vibrante mundo subacuático. Este arrecife enfrenta desafíos críticos, como el cambio climático, la pesca indiscriminada y la contaminación, pero sigue siendo un tesoro que merece la máxima protección.
El arrecife Maya puede ser visitado mediante snorkel, buceo y paseos en lancha.Foto: Riviera Maya Snorkeling
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Por ello, se recomienda que sus visitantes usen bloqueadores solares biodegradables, que no tiren su basura al mar, que mantengan una distancia prudente con las especies y eviten tocar o alterar su entorno.
El turismo responsable ha permitido que visitantes de todo el mundo exploren el Arrecife Mesoamericano a través de actividades como snorkel, buceo y paseos en lancha. Entre las áreas más populares se encuentran el Parque Nacional Arrecifes de Cozumel, el Parque Nacional Arrecife de Puerto Morelos y las playas de Tulum. Estos destinos ofrecen experiencias únicas en sus aguas cristalinas, donde se pueden observar corales, peces de colores y fascinantes formaciones submarinas.
Los hoteles en la Riviera Maya y Cancún suelen ofrecer actividades acuáticas no motorizadas para que los huéspedes disfruten de este ecosistema. Además, el Museo Subacuático de Arte (MUSA), con sus esculturas sumergidas, se ha convertido en un atractivo adicional que combina arte y conservación.