Decenas de millones de estadounidenses han agotado sus ahorros y han aumentado los saldos de sus tarjetas de crédito tras batallar contra la inflación durante tres años de gobierno de Joe Biden.
“La economía de EE. UU. se desempeña mejor de lo pronosticado hace un año, gracias, en gran parte, a un consumidor resiliente”, escribió Shernette McLoud, economista de TD Economics, en un informe. “Pero ese gasto se financia cada vez más con tarjetas de crédito”, agregó.
Los estadounidenses tenían más de US$1,05 billones en sus tarjetas de crédito en el tercer trimestre de 2023, un récord y una cifra que seguramente crecerá una vez que la Federal Deposit Insurance Corporation (FDIC) publique los datos del cuarto trimestre en marzo.
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Un informe reciente de la compañía de calificación crediticia Moody’s mostró que las tasas de préstamos morosos y las tasas de cancelación de tarjetas de crédito —los préstamos que un banco cree que nunca se reembolsarán—, están ahora muy por encima de sus niveles de 2019 y se espera que sigan en aumento.
“La realidad es que los consumidores confirman las señales significativas de estrés financiero”, dijo Silvio Tavares, presidente y director ejecutivo de VantageScore, uno de los dos principales sistemas de calificación crediticia del país.
Por un lado, los aproximadamente dos tercios de estadounidenses que son propietarios de sus casas y aquellos que han invertido en el mercado de valores y les ha ido bien aún sobreviven, pero consumen sus ahorros totalmente. Para el resto de los estadounidenses, las cosas se ven mucho más difíciles.