Más de 80.000 personas cada año desaparecen en Japón: algunos vuelven a sus casas, pero otros se van sin dejar ningún rastro. Pierden su identidad, trabajo y nombre ante Estado. Se les conoce como jouhatsu —evaporados—, que se refiere a ocultarse a propósito durante años e incluso décadas.
Los evaporados de Japón recurren a empresas cuyos servicios ayudan a desaparecer discretamente a personas de cualquier edad y les proporcionan un alojamiento en una ubicación diferente para empezar todo de nuevo.
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Los servicios de estas empresas se denominan mudanzas nocturnas, según señala Sho Hatori, quien fundó una de estas sociedades en los años 90. En un principio pensó que las personas huían por razones más bien económicas, pero pronto descubrió que muchas veces pesaban más las razones sociales.
“Normalmente, los motivos de las mudanzas suelen ser positivos, como entrar a la universidad, conseguir un nuevo trabajo o un matrimonio. Pero también hay mudanzas tristes, cuando la razón es haber dejado la universidad, perder un trabajo o cuando lo que quieres es escapar de un acosador”, señala a la BBC.
Estas empresas garantizan que los clientes no sean localizados por familiares ni amigos. En Japón, la privacidad es un derecho protegido por la ley, por lo que la Policía no podrá intervenir en caso de un crimen o accidente. De acuerdo a estimaciones de la Policía nipona, alrededor de 100.000 se han ausentado en los últimos 40 años.
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Pese a dejar atrás toda una vida, la tristeza muchas veces sigue el camino de los evaporados. “Tengo la sensación constante de que hice algo mal”, confiesa a la BBC Sugimoto, un empresario que abandonó a su esposa e hijos.
"No los he visto (a sus hijos) en un año. Les dije que me iba de viaje de negocios", revela.