En Inglaterra, el caso de la ciudadana de origen lituano Viktorija Mardosiene causó gran conmoción al conocerse que perdió la vida a causa de un paro cardíaco, solo horas después de que su bebé falleciera repentinamente mientras ambos dormían juntos en su vivienda.
Los servicios de emergencia acudieron a la casa de la mujer de 32 años, ubicada en Newcastle-under-Lyme, Staffordshire, durante la madrugada, luego de recibir su llamada de emergencia, en la que explicaba que su hijo de cinco meses no respiraba y se había enfriado.
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El personal médico luchó para salvar la vida del menor y lo trasladaron hacia el Royal Stoke University Hospital, donde solo pudieron certificar su deceso. Luego de la tragedia, la madre se registró en la unidad de salud mental del centro médico Harplands e informó que estaba desconsolada por la muerte de su pequeño hijo. Durante su estadía de solo horas en el establecimiento, la ciudadana sufrió un paro cardíaco y murió.
El forense de North Staffordshire, Duncan Richie, abrió y suspendió las investigaciones, al afirmar que se necesitaba más evidencias. En la audiencia sobre la muerte del bebé, uno de los paramédicos que atendieron la emergencia dijo lo siguiente: “La sala de estar estaba extremadamente abarrotada de cajas y juguetes por todo el piso”.
"Nos acercamos a Viktorija para hacer consultas, ella dijo: 'No inglés'. Mantuvimos cierta distancia. Ella estaba hablando por teléfono con el padre del bebé preguntando: '¿Mi bebé está muerto?’ Ella empezó a llorar”, añadió.
“Oímos que se había llevado al bebé a la cama durmiendo a las 11.00 p. m. A la 1.34 a. m., escuchamos que los médicos habían interrumpido la RCP y detenido la atención vital. Luego, Viktorija fue trasladada al hospital”, acotó.
Por su parte, el patólogo pediátrico consultor Roger Malcomson declaró que lo único cierto es que el bebé murió durmiendo con uno de sus padres y no existe una causa médica específica de fallecimiento después de haber realizado una autopsia completa.