Las fuerzas de seguridad detuvieron el jueves 16 de marzo a 310 personas en Francia en las protestas que estallaron después que el gobierno decidiera adoptar la impopular reforma de las pensiones sin el voto de los diputados, indicaron este viernes las autoridades.
"La oposición es legítima, las manifestaciones son legítimas, el desorden no lo es", aseguró en la radio RTL el ministro del Interior, Gérald Darmanin, advirtiendo que el gobierno no permitirá la aparición de "manifestaciones espontáneas".
En París, la policía intervino en la noche del jueves con cargas, gases lacrimógenos y cañones de agua para dispersar a los manifestantes congregados en la plaza de la Concordia, situada cerca de la Asamblea Nacional (cámara baja), tras la decisión del Gobierno.
El ministro indicó que llegaron a congregarse allí hasta 10.000 personas y se detuvo a 258. En otras 24 ciudades de Francia también hubo manifestaciones que reunieron un total de 52.000 personas, según un balance de la policía.
Las ciudades de Rennes (oeste), Nantes (oeste) y Lyon (este) también registraron incidentes. Un total de 54 policías resultaron heridos.
La decisión del gobierno de usar el polémico artículo 49.3 de la Constitución para adoptar el retraso de la edad de jubilación de 62 a 64 años sin someterlo al voto de los diputados, al temer perder la votación, atizó las protestas.
El gobierno se encuentra bajo presión, a la espera del resultado de las mociones de censura anunciadas contra el ejecutivo de la primera ministra Élisabeth Borne. El voto se espera para inicios de la próxima semana y, de adoptarse, también tumbaría la reforma.
Los medios franceses eran unánimes este viernes en las críticas al presidente francés, Emmanuel Macron, por haber usado ese polémico mecanismo para adoptar su proyecto y que, a juicio de la prensa, representa su “fracaso” y su “debilidad”.
El uso del 49.3 "no es un fracaso", dijo el ministro de Trabajo, Olivier Dussopt, a los medios RMC y BFMTV. "Nuestra vocación es continuar gobernando", abundó en la radio France Inter el vocero del gobierno, Olivier Véran.