Fundada por 15 mujeres sobrevivientes de violencia sexual, Umoja, una aldea habitada solo por mujeres a 400 kilómetros al norte de Nairobi, la capital de Kenia, se creó como un refugio para aquellas que huyen de la violencia doméstica, mutilación genital o abuso sexual.
En Kenia, y más concretamente en las tribus kenianas, los derechos de las mujeres se ven en su mayoría opacados por una sociedad patriarcal. Contra esta, Umoja, que significa 'unidad' en swahili, se ha convertido en una tribu gobernada solo por mujeres.
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Hace más de tres décadas, Rebecca Lolosoli, considerada la matriarca, fundó este grupo junto con otras mujeres que habían sufrido constantes violaciones por parte de soldados británicos. Producto de ello, fueron desterradas de sus hogares y separadas de sus hijos.
Desde aquel entonces, la población en Umoja no ha hecho más que aumentar. Actualmente, en el lugar habitan más de 50 mujeres. Algunas están desde su creación, y otras se han ido uniendo al huir de los abusos de sus propias parejas y familiares.
“Las mujeres somos las que estamos haciendo que el mundo brille, somos flores, somos luz, estamos haciendo que el mundo sea brillante. Así es que amémonos unos a otros, apoyémonos unos a otros y hagamos que nuestra voz sea una”, se le oye decir a Lolosoli a una integrante de Vital Voices.
El Código Penal keniano no contempla como delito la violación en el seno del matrimonio. Asimismo, prevalecen los matrimonios forzosos y la mutilación genital femenina (MGF), la cual, a pesar de estar prohibida, se calcula que más del 50% del total de las mujeres la ha sufrido, con eliminación completa del clítoris, indica la Organización para el Fomento de los Estudios Internacionales (FEI).
En esa línea, según Unicef, el 38% de las niñas en el África subsahariana son obligadas a casarse con hombres mucho mayores que ellas. Esto les acarrea consecuencias perjudiciales y duraderas. La mujer se ve presa de prácticas tales como la servidumbre doméstica y la esclavitud sexual.
Durante los primeros años, las mujeres de la tribu ganaban dinero vendiendo joyas hechas a mano en la carretera principal que pasa cerca de Umoja. Sin embargo, fueron obligadas a abandonar esta labor debido a la presencia de hombres de los alrededores que las asaltaban y robaban con frecuencia.
Umoja les ha permitido valorar su trabajo y, sobre todo, vivir sin miedo. En los sistemas tribales africanos, explica L&B Actual, las mujeres no tienen derecho a la tierra ni al ganado ni a una casa, mucho menos a la educación. Sin embargo, en Umoja, son propietarias de dinero que ganan gracias a su trabajo.
Umoja: una aldea de y para mujeres en Kenia. Foto: Flickr
Actualmente, por la originalidad de su forma de vida, el pueblo, donde solo viven mujeres entre los colores y las luces africanas, ha atraído la atención de turistas, a quienes les cobran entrada y venden joyería, vestidos y adornos hechos con sus propias manos. Todo esto les deja lo suficiente para vivir.
Las mujeres del pueblo siguen sintiéndose atraídas sexualmente por hombres y en ocasiones se producen embarazos, pero esos niños quedan dentro de Umoja y son criados por ellas.
En la aldea hay alrededor de unos 200 niños pequeños, los cuales son educados en una escuela de la comunidad.
Mary, una de sus habitantes que fue vendida a un hombre de 80 años cuando ella tenía 16 a cambio de un rebaño de vacas, confiesa: “No dejaría esta comunidad, no tenemos mucho, pero tenemos todo lo que necesitamos”.