En 1966, Angus Barbieri logró algo insólito: pasó 382 días sin comer alimentos sólidos. El hombre —nacido en 1939 en un pueblo escocés— pesaba 207 kilos, odiaba hacer ejercicio y llevaba una vida desordenada. Los doctores le propusieron que haga ayunos cortos, pero estos se mantuvieron por semanas, meses y más de un año.
Barbieri había llevado una vida de malos hábitos que permitieron que engorde al punto que no le permitía realizar tareas cotidianas. Por ello, a los 27 años, el hombre acudió al Departamento de Medicina de la Universidad en la Royal Infirmary de Dundee (Escocia) para buscar ayuda.
PUEDES VER: La misteriosa isla chilena poblada por 'seres superiores' que aparece y desaparece del mapa
Angus sentía que era esclavo de la comida que ingería, por lo que ante la propuesta de ayuno, no lo dudó, según relata un informe publicado en el Postgraduate Medical Journal en 1973.
Aunque arriesgados, los ayunos duraban 40 días, en los que Angus se obsesionaba por alcanzar su peso ideal. Con el paso del tiempo, las pruebas demostraron que realmente no estaba comiendo nada para lograr su objetivo. Se le recetó vitaminas y suplementos de potasio y sodio.
El paciente, durante todo el proceso, fue objeto de chequeos, se hidrataba solo con agua, café y té, e incluso pasó días enteros en el hospital. "De vez en cuando tomaba un poco de leche o azúcar en mi té", contó el hombre al medio Chicago Tribune.
Al término del agotador año, Barbieri logró bajar 126 kilos. Angus reconoció que había olvidado el sabor de muchas de las comidas que antes solía almorzar regularmente.
Antes y después de Angus Barbieri tras perder 2017 kilos. Foto: Nine.com
PUEDES VER: Hombre se casó con muñeca de trapo y ahora "esperan" un tercer hijo: "Natalia está embarazada"
La edición de 1971 del Libro Guinness de los Récords reconoció a Angus Barbieri como el mayor ayuno registrado en la historia. Aunque ya no es respaldado oficialmente por temor a fomentar estas prácticas en las personas.
Angus Barbieri llegó a pesar 81 kilos —su peso ideal—, pero no fue el único cambio en su vida: se mudó a Warwick, donde conoció y se casó con su esposa, formó una familia y falleció el setiembre de 1990.