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La misteriosa isla chilena poblada por 'seres superiores' que aparece y desaparece del mapa

El mito de la isla Friendship. Testimonios afirman que los habitantes de este territorio ayudan a personas elegidas.

El mito de la isla surgió en los años 80's en Chile. Foto: composición LR/ pexels
El mito de la isla surgió en los años 80's en Chile. Foto: composición LR/ pexels

En Aysén, al sur de Chile, hace años comenzó a correr un rumor que afirmaba que había una isla que estaba poblada por 'seres superiores'. El mito surgió en los años 80, cuando un grupo de radioaficionados afirmaba recibir mensajes extraños de personas que poseían mucha información y que incluso sabían qué hacían sin siquiera verlos. De acuerdo a lo que dijeron, los emisores provenían de una isla llamada Friendship.

Ernesto de la Fuente, uno de los pobladores, afirmó que había sido invitado a la isla y que sanaron una enfermedad terminal que padecía. El territorio apareció y desapareció de las imágenes satelitales, ahora solo quedan las historias acerca de ella.

El mito de la isla Friendship

El primer 'contacto' se dio en 1985, cuando Octavio Ruiz, un radioaficionado, fue conectado por alguien que se identificaba con Miguel, también habló con dos que se hacían llamar Ariel y Rafael. Según Ruiz, estas personas tenían gran conocimiento y un acento extranjero. El hombre pensó inicialmente que eran mormones.

De la Fuente fue contactado en 1989, según afirmó en diversas entrevistas. En dicha reunión, Ernesto fue curado de un cáncer terminal que padecía. Sin embargo, cuando ha intentado volver no ha encontrado rastro de la isla, ni siquiera conocer la ubicación exacta. “Tenían algo extraño, todos eran del mismo tipo. Sus expresiones en la cara te irradiaban paz”, contó para la televisión chilena.

El impacto de la historia fue tan grande que era habitual que los medios locales publicaran notas respecto a la misteriosa isla. Esto propició que se iniciaran expediciones en su búsqueda, pero nunca pudo ser encontrada. Según cuentan los radioaficionados, la isla se encontraba entre el archipiélago de los Chonos y Guaitecas, en el extremo sur de Chile.

¿Qué contó Ernesto de la Fuente?

“Vivía en una pequeña pieza de aproximadamente tres por tres metros, con una cama, una mesita con una terminal de computadora y una ventana al exterior. La temperatura era constante y de aproximadamente 20 °C, lo que para mí era un lujo, después de los fríos que estaba acostumbrado a sufrir en Chile. Tenía absoluta libertad de movimiento dentro de las instalaciones, las que eran cómodas y funcionales”, contó el hombre.

"Casi todo se gobernaba por computación, lo que no era muy común en esos días de 1989, había una piscina climatizada, tres grandes invernaderos, salones con televisión satelital y otras comodidades que yo jamás me hubiera imaginado. Uno se encontraba con mucha gente en los pasillos, todo el mundo sonreía y nadie hablaba fuerte. No recuerdo haber visto una clínica u hospital", concluyó.