Brian Robson vivió el viaje más terrorífico de su vida en una caja desde Australia hasta Reino Unido, en los años 60. Sin dinero y con ganas de volver a casa, el joven intentó lo que parecería una aventura que quedaría solo como anécdota, pero resultó toda una odisea.
Hasta ahora el hombre continúa buscando a los dos amigos que lo ayudaron a embalarse y aventurarse en lo que sería uno de los viajes más insólitos y que casi le cuesta la vida.
Brian llegó a Australia en 1964 con apenas 19 años, en un programa de inmigración de los Ferrocarriles de Victoria. No obstante, no se sentía cómodo, y pronto inició a añorar Cardiff, Gales.
Robson tenía un sueldo de apenas 40 libras de aquel entonces. Quería regresar pero sabía que no tenía el dinero suficiente para volver en meses. Tendría que ahorrar, privarse de algunas cosas y esperar que el tiempo pase rápido.
Sin embargo, al joven se le ocurrió una idea que le parecía audaz, divertida y desesperada: regresaría en un flete aéreo, junto a las encomiendas.
Brian viajó escondido en un paquete de correos para poder volar de Australia a Reino Unido. Foto: International Relations Council/Twitter
Paul y John, dos amigos irlandeses de Robson, lo ayudaron a meterse a sí mismo en una caja de madera de nevera mini y reservó un espacio con la aerolínea Qantas.
Cargado con más esperanza que provisiones, se valió de una linterna, algunos embutidos, su maleta, unas almohadas y un libro de canciones de The Beatles para ocupar su mente. Creyó que nada podría salir mal, pero fue el inicio de la pesadilla.
Brian esperaba que el viaje durara 36 horas, pero no contaba con que el vuelo de Qantas estaría lleno, por lo que fue removido a un vuelo de Pan Am, con una ruta más lenta.
El joven vivió un infierno: la caja fue arrojada boca abajo varias veces, la temperatura lo sofocaba, tenía dificultades para respirar, los vuelos se retrasaron.
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Cuatro días después de salir de Melbourne, la caja donde estaba Brian fue descargada en un hangar, en Los Ángeles, a más de 8.000 kilómetros de Cardiff.
Uno de esos días, el joven llamó la atención del personal de seguridad del aeropuerto con su linterna. Robson fue detenido por el FBI, enfrentando cargos de entrada ilegal a Estados Unidos y posible espionaje.
Afortunadamente, fue liberado después de algunos días de investigación y fue enviado en un vuelo de Pan Am a Londres, en primera clase. Robson reveló en una entrevista a The Washington Post que los médicos le explicaron que si hubiera continuado en su travesía, es muy posible que llegara muerto.
Robson fue encontrado luego de 5 días en los que su vida corrió riesgo. Foto: @JoelRheinberger/Twitter
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El hombre, en una reciente entrevista, reveló más detalles del viaje. “Paul realmente estaba 100% en contra, pero John dijo: ‘No te preocupes por eso, lo persuadiré’. Y así, ambos siguieron adelante y ayudaron”.
Sin embargo, nunca más volvió a saber nada sobre sus dos amigos. “Estoy 99% seguro de que se llamaban Paul y John”, dijo el hombre a The Irish Times en una entrevista.
“Ni siquiera podría decirte sus apellidos, es hace tanto tiempo, y solo los reconocería si viera fotografías de ellos que se tomaron en ese momento. Nos llevábamos de maravilla… Solían venir a mi dormitorio, o yo iba a verlos, casi a diario”.
Pese a que intentó contactarlos, no obtuvo respuesta. “Creo que lo intenté un par de veces y, por supuesto, no teníamos internet en esos días, así que desde ese día hasta ahora nunca les he hablado. Fueron las últimas personas con las que hablé en Australia antes de que se sellara la caja”, contó el hombre.
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“Deben saber lo que le sucedió porque su historia dio la vuelta al mundo en ese momento. Pero no tengo ni idea de lo que les pasó. Me encantaría saber qué sucedió después de que me fui”, concluye Robson, que espera alguna vez volver a verlos y conversar sobre la caja que dio la vuelta al mundo.