La hija nacida de una violación que ayudó a su madre a identificar al abusador 36 años después
Magdalena investigó y descubrió una serie de maltratos de los que fue víctima su madre antes y durante el embarazo en un centro para personas con discapacidad. La institución encubrió los abusos de sus propios trabajadores, y ahora ella lucha para que se haga justicia.
Magdalena Cruz siempre supo que su nacimiento había sido producto de una violación que sufrió su madre cuando vivía en un hogar para personas con discapacidad intelectual en Rochester, Nueva york (EE. UU.). Después de 36 años y convertida en una mujer adulta, comenzó a investigar los detalles del delito y a buscar la identidad del violador.
El abuso se remonta a 1985, cuando su madre tenía 30 años, pero la habilidad mental de una niña de 2 años, usaba pañales, no hablaba y no podía alimentarse por sí sola. Por ello, al quedar embarazada, se supo que fue agredida sexualmente dentro de la Oficina para Personas con Discapacidades del Desarrollo (OPWDD, por sus siglas en inglés).
Centro estatal se burló de víctima durante 36 años
Las autoridades del centro estatal le dijeron a la familia de la mujer que probablemente otro residente era el responsable y que presentarían un informe policial tras una “investigación rigurosa”.
Sin embargo, casi cuatro décadas después, Magdalena dice que ella misma resolvió el misterio de la identidad del agresor de su madre, gracias al uso de una prueba de ADN y una base de datos de genealogía popular. Él era un empleado de la instalación, no un residente, según una demanda que presentó en marzo.
También descubrió que nunca se presentó un informe policial, no se entrevistó a ningún empleado y los administradores del centro no tomaron medida alguna. “Mi madre ha tenido una vida difícil y espero que esta demanda la ayude a recibir la atención que merece después de que la OPWDD no la protegiera de su abusador hace 37 años”, dice Cruz.
Entrada al Centro de Desarrollo Monroe en Rochester, Nueva York (EE. UU.). Foto: captura de Telemundo
Actualmente, los cargos penales ya no son sancionables debido a los plazos legales que expiraron hace décadas. Sin embargo, la demanda fue posible porque Nueva York promulgó una ley en 2022 que anuló temporalmente el estatuto de limitaciones para los litigios sobre agresiones sexuales pasadas.
Descubrió maltratos y abusos en centro estatal
Durante su investigación, Magdalena recibió reportes de una serie de lesiones que su madre sufrió antes y durante el embarazo en el Centro de Desarrollo de Monroe.
En la década de 1980, la familia no tenía idea de que, en el hogar estatal, cerrado en 2013, sucedían múltiples incidentes de abuso a residentes. Al menos 10 miembros del personal habían sido identificados como pedófilos y violadores entre 1976 y 1985, incluidos supervisores, guardias de seguridad y voluntarios.
Incluso, varios residentes habían muerto en circunstancias inusuales. Como el caso de un paciente tetrapléjico de 21 años que murió tras estar expuesto al sol durante cuatro horas sin líquidos. Otro interno falleció después de tragarse cinco guantes quirúrgicos.
“Ni siquiera puede hablar para decir lo que le pasó, y si no fuera por el embarazo, nunca lo sabríamos”, dijo una de sus abogadas, Susan Crumiller. “E Incluso si no fuera por la investigación de su hija, todavía no sabríamos sobre el encubrimiento institucional”, añadió.
Por su parte, la Oficina para Personas con Discapacidades del Desarrollo evitó pronunciarse sobre litigios pendientes, pero resaltó que “la seguridad y el bienestar de las personas a las que apoyamos es la máxima prioridad de la OPWDD”.
En busca de justicia
El hombre que Cruz identificó no figura como acusado en la demanda. "Ella no quería presentar una demanda contra su padre biológico", enfatiza el abogado. "Él es nombrado a lo largo de la demanda, pero realmente queríamos centrarnos en la negligencia de la institución y cuán horriblemente (la OPWDD) trató a nuestro cliente y a otros como ella", resaltó a la BBC.
Según la demanda, el Centro Estatal tenía el deber de proteger a su madre del abusador. Sin embargo, la negligencia demostrada “fue extrema, flagrante, inmoral, temeraria y deliberadamente indiferente".
“Probablemente, nunca sabremos cuántos otros pacientes fueron violados en este centro, cuántas veces nuestra cliente fue violada, cuántos otros violadores hubo, y eso es porque el centro encubrió el abuso”, finalizaron.