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El insólito caso del secuestrador y asesino que demandó a sus víctimas porque se fugaron

Según el criminal, la pareja había aceptado refugiarlo a cambio de una suma de dinero —la cual jamás fue acordada— y que, por lo tanto, debía velar por su seguridad.

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El asesino le reclamaba a la pareja la suma de 235.000 dólares, como reparación por haberlo entregado a la policía. Foto: cjonline.com

Una pareja de recién casados en EE. UU. disfrutaba de una noche de películas cuando, de pronto, alguien golpeó de manera frenética la puerta de su casa. Era un hombre armado que estaba siendo perseguido por la Policía por haber matado a un sujeto.

Así comenzó la pesadilla para Jared y Lindsay Rowley, un matrimonio que en el 2009 tuvo que esconder en su hogar bajo amenazas a Jesse Dimmick, un hombre prófugo de la justicia y que dos años después tuvo la desfachatez de denunciar a sus víctimas.

Según el criminal, la pareja había aceptado refugiarlo a cambio de una suma de dinero —la cual jamás fue acordada— y que, por lo tanto, debían haber velado por su seguridad, además de evitar que la Policía lo capturara.

“La Policía quería matarme”, escribió Jesse Dimmick, sujeto que fue sentenciado a más de 40 años de prisión por asesinato en segundo grado.

Jared y Lindsay Rowley, un matrimonio que en el 2009 tuvo que esconder en su hogar bajo amenazas a Jesse Dimmick. Foto: cjonline.com

¿Cuál fue el crimen de Jesse Dimmick?

El 10 de septiembre del 2009, la Policía del estado de Colorado, recibió la llamada de un motel, ubicado en la calle East Colfax Avenue, para advertir el hallazgo de un cadáver en sus instalaciones.

Se trataba de un hombre afrodescendiente, identificado como Michael Levar Curtis, que estaba tirado en el suelo, sin pulso, y con múltiples traumas —aparentemente causados por un objeto corto punzante— en la parte superior de su cuerpo.

Los sospechosos eran Shayne Michael Miller, un hombre de 35 años que había alquilado la habitación aquella noche, y Jesse Dennis Dimmick, su acompañante de 23 años. Juntos habían seducido a Michael y llevado al hotel Carriahe Motor Inn.

Según los fiscales del caso, Dimmick asesinó a la víctima después de consumir drogas. “Le quitó la vida a Michael Levar Curtis de una manera salvaje”, dijo el fiscal Ed Bull.

Según los fiscales del caso, Dimmick asesinó al hombre después de consumir drogas. Foto: The Topeka

Asesinos capturados

El asesino Miller fue detenido por las autoridades sin derecho a fianza por homicidio y hurto, mientras que Dimmick se encontraba prófugo de la justicia. La Policía y el homicida protagonizaron una persecución que acabó con su vehículo estrellado contra un árbol.

Fue entonces cuando llegó a la puerta de los Rowley, bajo amenazas de muerte, logró que sus víctimas le preparen una cama y le den de comer algunos bocadillos. Así pasaron horas hasta que el criminal, que se había parado frente a su puerta, se quedó totalmente dormido.

La pareja aprovechó esa oportunidad, escapó de su casa y alertó a las autoridades. Dimmick fue finalmente capturado después de haber recibido una herida de bala en la espalda.

Aunque el asesino intentó excusarse de que tenía problemas mentales, los peritos confirmaron que estaba cuerdo y que fingía sus síntomas. Se le condenó inicialmente a una pena de 11 años de prisión.

En marzo del 2013, el joven llegó a un acuerdo con los fiscales y se declaró culpable de asesinato en segundo grado. Debido a eso, tendrá que cumplir una condena de 48 años tras las rejas.

Asesino demandó a sus víctimas

“Yo, el acusado, pedí a los Rowley que me escondieran porque temía por mi vida. Les ofrecí a los Rowley una cantidad de dinero no especificada que acordaron, por lo tanto, forjaron un contrato verbal legalmente vinculante”, escribió Dimmick en un documento hecho a mano, a finales del 2011.

El asesino le reclamaba a la pareja la suma de 235.000 dólares, como reparación por haberlo entregado a la Policía, el disparo que recibió en la espalda, y por someterlo a “estrés emocional”.

Por su parte, el abogado de los Rowley explicó que jamás hicieron algún tipo de contrato verbal relacionado con el dinero y que, en cambio, fueron amenazados con un cuchillo para que lo escondieran en su domicilio.

Afortunadamente, esa demanda no prosperó, ya que una jueza lo desestimó el 9 de enero del 2012.