En la abadía de Westminster, templo de monarcas británicos, Isabel II recibió un funeral marcado por la presencia de presidentes, reyes, príncipes, primeros ministros, embajadores e invitados especiales de todo el mundo.
Con la pompa y la solemnidad que exigen unas exequias de Estado y en medio de fuertes medidas de seguridad, Isabel II fue despedida este lunes por cientos de representantes de países con los que ella debió mantener y reforzar relaciones diplomáticas durante sus siete décadas como jefa de Estado del Reino Unido.
Cuando asumió el trono el 6 de febrero de 1952, con apenas 25 años de edad, Isabel II ayudó a impulsar estos vínculos después de que la nación iniciara la reconstrucción tras la participación en la II Guerra Mundial para vencer a la Alemania nazi.
Liderados por el rey Carlos III, que ascendió al trono a la muerte de su madre, la familia real británica en pleno, entre ellos los príncipes de Gales, Guillermo y Catalina, con dos de sus tres hijos —los príncipes Jorge y Carlota—; y los duques de Sussex, Enrique y Meghan; Isabel II fue despedida con todos los honores.
Los reyes de España, Felipe VI y Letizia, sentados en la abadía junto a los eméritos, don Juan Carlos y doña Sofía, estuvieron entre los más de 2.000 invitados a esta ceremonia religiosa, de los cuales, 200 han sido jefes de Estado y dignatarios.
Los monarcas españoles se sentaron en el templo con los eméritos, la primera imagen conjunta de los cuatro reyes desde 2020.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y su mujer, Jill Biden; el mandatario de Francia, Emmanuel Macron, y su esposa, Brigitte; no faltaron en esta iglesia gótica anglicana, donde Isabel II se casó con el duque de Edimburgo en 1947 y fue coronada en 1953.
Tampoco faltaron el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau; el jefe de Gobierno de Australia, Anthony Albanese; y la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern; cuyos países pertenecen a la Mancomunidad Británica de Naciones (Commonwealth, excolonias).
En la abadía, estuvieron los emperadores de Japón, Naruhito y Masako; la presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen; y otros soberanos de casas reales europeas, como los reyes de Bélgica, Felipe y Matilde; y Guillermo Alejandro y Máxima de los Países Bajos.
No obstante, el Reino Unido no invitó a representantes de Siria y Venezuela debido a que no mantienen vínculos diplomáticos, y tampoco de Rusia y Bielorrusia, por la invasión de Ucrania.
La presencia de los dignatarios ha sido un reflejo del alcance e impacto de la influencia de Isabel II a lo largo de sus 70 años de reinado.
El féretro fue transportado por Londres en una cureña de la Marina británica de 1901, que también había sido utilizado en el funeral de su padre, Jorge VI, y que fue tirado con cuerdas por más de 100 marineros al son de una marcha fúnebre.