La esposa de Vladimir Kara-Murza, Evgenia, lleva casi dos meses sin saber nada de su pareja, un político ruso, activista y crítico del régimen. Ella cree que él “debe estar como un huracán contenido en una botella” encerrado en prisión, donde permanece desde el 11 de abril por un discurso que pronunció en Arizona en contra de la guerra en Ucrania.
“Tiene tanta energía, tantas ideas e iniciativas, que estar encerrado entre las cuatro paredes de una prisión debe ser la parte más difícil para él”, dijo Evgenia a The Guardian. Ella cuenta, además, que no se le ha permitido hablar con Kara-Murza, quien en el pasado trabajó con Boris Nemtsov, líder de la oposición que fue asesinado en 2015.
“Él creía que, como político ruso, no puede llamar a la gente a seguir luchando si él mismo está en algún lugar seguro. Creía en compartir los mismos riesgos, los mismos desafíos que los rusos que continúan oponiéndose a esta guerra”, dijo sobre por qué su esposo decidió volver a Rusia.
“Básicamente, al llamar a esta guerra una guerra, en lugar de una ‘operación especial’, como el Gobierno quiere que se llame, una persona puede terminar en prisión hasta por 15 años. Sobre la base de los cargos presentados hasta el momento, Vladimir (su esposo) ahora enfrenta hasta 10 años”, agregó.
Evgenia señala que desde Rusia ha optado por encerrar a las figuras de oposición, como Alexei Navalny o Vladimir, a quien ya han intentado envenenar dos veces en el pasado, según afirma.
“Creo que Putin ha firmado su propia sentencia de muerte con esta guerra”, dijo, “pero caerá cuanto antes terminemos con este doble rasero; al mismo tiempo que los países apoyan al pueblo ucraniano enviando armas, brindando ayuda humanitaria e imponiendo sanciones a la economía rusa, también le dan a Putin miles de millones para petróleo y gas, lo que le permite continuar con su agresión… esto tiene que parar porque, sinceramente, es inexplicable”, sentenció.
El arresto de su esposo y su campaña para asegurar su liberación la han obligado a convertirse en una figura pública, mientras alza la voz contra las injusticias del Gobierno y espera a que termine la pesadilla.