Mark Nelson llegó a Inglaterra en el año 2000, a la edad de 21 años. Él estudió, formó una empresa, inició una familia y llevó una vida tranquila hasta que en 2017 recibió una sentencia de 4 años por cultivar plantas de cannabis.
“Hay pocas personas que nunca cometen errores en la vida. La mayoría de los que hacen algo mal lo admiten, se disculpan y se les permite seguir adelante, pero si eres negro y vienes de Jamaica, la historia es diferente”, escribió el padre de familia para The Guardian.
Mark será deportado a su país de origen el miércoles 18 de mayo en un vuelo del Ministerio del Interior, obligado a separarse permanentemente de su esposa y sus cinco hijos, dos de los cuales tienen 8 y 10 años.
“Hice algo mal, cumplí dos años de esa sentencia y nunca volvería a hacer algo así. No he cometido más delitos, pero este Gobierno no acepta que gente como yo merezca una segunda oportunidad”, sentenció.
Nelson fue llevado a un centro de detención el último jueves, mientras su esposa le daba la noticia a sus hijos de que volvería a Jamaica por orden de las autoridades. Pese a las explicaciones, los pequeños parecen no entender porque el sistema le hace eso a su familia.
“Crecer en Jamaica no fue fácil. Fui criado por mis bisabuelos. Murieron cuando yo tenía 16 años y pasé cuatro años de alguna manera logrando sobrevivir por mi cuenta antes de venir al Reino Unido para reunirme con mi familia aquí. La primera semana entré en un bar y un hombre me dijo: ‘¿Qué estás mirando n...’”, recordó.
Mark Nelson trató de hacer todo bien. Fue a la universidad durante dos años, se formó como mecánico de automóviles, trabajó durante 11 años para dicha empresa y pagó todos sus impuestos. Tras ser despedido, montó su propio negocio automotriz, aunque fue un camino cuesta arriba que le generó problemas financieros. Esto lo resultó en la búsqueda de un nuevo ingreso: el cultivo de plantas de cannabis para compensar su déficit monetario.
“Estoy seguro de que me están tratando con más dureza que a otros porque soy un hombre negro de Jamaica. (…) Muchos de los hombres con los que estoy detenido, que temen que los pongan en el vuelo de la próxima semana, han cometido un error similar al que cometí yo y, como yo, no se les está dando una segunda oportunidad. Como resultado, nuestras vidas y las vidas de todos nuestros hijos están a punto de ser destruidas para siempre” concluyó.