Tras 25 años de un caso registrado en Estados Unidos, hoy se vuelve a recordar a “la niñera asesina” Louise Woodward. Esta jovencita fue condenada por el asesinato de un bebé que estuvo a su cuidado y que presuntamente falleció a causa de un derrame cerebral.
El hecho ocurrió en 1997, un año después de que Woodward terminara sus estudios en Inglaterra y decidiera plantearse una nueva vida cruzando el Atlántico, en Estados Unidos. Su intención era trabajar como niñera.
Una agencia en Boston la contrató y luego de una fugaz experiencia fue contactada por Sunil Y Deborah Eappen, médicos de aproximadamente 30 años de edad. Ambos presentaron una lista de expectativas que requerían sobre la trabajadora, para así garantizar “la seguridad y el bienestar” de su hijo.
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Cuando Louise estaba al cuidado del bebé, llamó a una ambulancia, pues se percató que no respiraba. Los médicos, al cabo de unas horas, descubrieron que el niño tenía lastimada la zona del cráneo y también fracturas en la muñeca. Además, presentaba una hemorragia interna, por lo que se le colocó en una máquina de soporte vital.
La niñera, de inmediato, fue arrestada y acusada de agredir al bebé. A los seis días de tratamiento, el menor falleció a causa de una hemorragia derrame cerebral, un 9 de febrero de 1997.
En ese momento, Louise Woodward fue señalada por el asesinato en primer grado en contra del menor. Esta decisión fue tomada luego de que la niñera confirmara que había sacudido al niño para luego arrojarlo a un montón de toallas.
Durante el juicio, la fiscalía aseguró que Louis asesinó al bebé porque tenía una “rabia frustrada, infeliz e implacable”. También surgieron teorías sobre el ‘síndrome del bebé sacudido’, que explica las lesiones cerebrales que deja el sacudir con fuerza a un niño pequeño.
A pesar de que su defensa y un especialista de medicina alegaron que las causas de la muerte podrían ser otras, y repetir la inocencia de Louis; la niñera fue declarada culpable por asesinato en segundo grado con una condena de 15 años como mínimo.
No obstante, luego de 10 días de esta sentencia, su condena se redujo al cargo de homicidio involuntario. Este cambio le permitió llegar a la opinión pública y que la Corte Suprema de EE. UU. tomara el caso. Esta institución, finalmente, la liberó luego de 278 días en prisión.