La ofensiva rusa en Ucrania, que ha dejado miles de muertos entre civiles y militares, cumple este domingo 24 de abril dos meses sin que ambas partes hayan logrado avanzar en las negociaciones para establecer un alto al fuego.
Según la ONU, al menos 2.200 civiles han fallecido desde el inicio de la campaña militar rusa en Ucrania el pasado 24 de febrero, que ha causado también múltiples bajas en las filas de ambos Ejércitos. Hasta ahora han reconocido 1.351 muertos por parte de Rusia y entre 2.500 y 3.000 de Ucrania.
El 24 de febrero a primera hora de la mañana en Moscú, Vladimir Putin se dirigía a la nación en un mensaje televisado en donde anunció que daba luz verde a una “operación militar especial” en el este de Ucrania. Pocos minutos más tarde, las tropas rusas comenzaron la invasión del país vecino, e ingresaron por diferentes puntos estratégicos. Uno de los objetivos iniciales del Kremlin fue la capital, Kiev, donde se formaron largas filas para salir de la ciudad con destino hacia el oeste.
Los expertos coinciden en que el objetivo inicial del presidente ruso, Vladimir Putin, era decapitar rápidamente al Gobierno ucraniano con una guerra relámpago, pero los medios utilizados no estaban calibrados para enfrentar una dura resistencia, que no fue anticipada por los servicios de inteligencia.
Kvitko advirtió que tendrán que estar preparados para después de la liberación de Kherson, Mariupol y Kharkiv. Foto: AFP
“Los dirigentes políticos rusos impusieron al comando militar un escenario absolutamente absurdo, según el cual todo ocurriría como durante la anexión (rusa) de Crimea en 2014″, así lo sostuvo el experto militar ruso Alexandre Khramchikhine.
“Pretendían que los militares rusos fueran recibidos como libertadores en toda Ucrania, salvo en los territorios occidentales. Es evidente que el comando militar ruso no estaba listo para tal resistencia de parte de los ucranianos”, agregó.
Tras el inicio de la ofensiva militar, centenares de personas salieron a protestar en ciudades de Rusia contra su presidente, Vladimir Putin, con carteles de “No a la guerra”. Solo el primer día de manifestaciones hubo más de 1.700 detenidos por parte de las fuerzas de seguridad rusas. En las semanas posteriores, ese número se ha ido incrementando y, en este momento, se tiene registrado más de 8.000 personas privadas de libertad por estas marchas anti-bélicas.
El 28 de abril se celebran las primeras negociaciones entre Rusia y Ucrania. Vladimir Putin exige que Crimea, anexionada por la fuerza hace ocho años, sea reconocida como territorio ruso. También propone la “desnazificación” del Gobierno ucraniano, el cual gobierna un judío como Volodimir Zelenski.
El Kremlin demanda a Kiev un «estatus neutral». Desde hace meses, Moscú exige garantías de que Ucrania nunca entrará en la OTAN. Zelenski insta a la Unión Europea a integrar “sin demora” a su país en el bloque.
El 21 de marzo, la Unión Europea denuncia ”un gran crimen de guerra” en Mariúpol, un puerto estratégico en el Mar de Azov cuyo control por parte de las fuerzas rusas aseguraría la continuidad territorial desde Crimea hasta las regiones separatistas de Donbás.
Decenas de miles de personas estaban varadas en la ciudad. El mundo se escandalizó con el bombardeo de un teatro y una maternidad. Hoy, cerca del 90% de la ciudad son ruinas y las fosas comunes descubiertas forman un cementerio inmenso.
Planta acerera de Azovstal en la ciudad portuaria de Mariúpol. Foto: EFE
Los cuerpos de al menos 20 personas vestidas con ropa de civil estaban esparcidos el 2 de abril en una calle de Bucha, una ciudad al noroeste de Kiev recuperada por las fuerzas ucranianas tras haber estado en poder de tropas rusas.
Uno de los cadáveres tenía las manos atadas a la espalda, indicó un periodista de la AFP. Los cuerpos estaban diseminados a lo largo de varios centenares de metros, sin que hasta el momento se sepa la causa de las muertes.
Las tropas rusas se retiraron de varias localidades cerca de Kiev, tras haber fracasado en su tentativa de rodear la capital. Las autoridades ucranianas proclamaron que Bucha había sido “liberada”.
Imágenes de Bucha
Estados Unidos, durante los dos meses, ha anunciado varios paquetes de sanciones contra Rusia. Una de las últimas es contra una red de 40 individuos y empresas, liderada por el oligarca ruso Konstantín Maloféyev, que supuestamente está ayudando a Rusia a esquivar las sanciones de Occidente por la guerra en Ucrania.
También han sido sancionados el banco comercial ruso Transcapitalbank y la compañía de criptomonedas rusas Bitriver, así como sus subsidiarias, según ha detallado el Departamento del Tesoro en un comunicado.
El conjunto de sanciones también incluye empresas que operan en la industria minera de moneda virtual de Rusia, supuestamente la tercera más grande del mundo. Se trata de la primera vez que el Tesoro designa una empresa dedicada a la compraventa de criptomonedas.
Los ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Europea (UE) abrieron este domingo 24 de abril en Luxemburgo discusiones de un sexto paquete de sanciones contra Rusia, aunque cada vez sea más difícil llegar a un consenso y se multiplican los llamados a proteger la unidad del bloque.
El 19 de abril, Rusia anunció que había llevado a cabo varios ataques en el este de Ucrania y pidió la rendición de “todos los soldados”. Los últimos defensores de Mariúpol ignoran los ultimátum del Ejército ruso.
Vladimir Putin parecía no olvidar la advertencia de Zelenski y el jueves 21 dijo que renunciaba a entrar a sangre y fuego al último reducto de Mariúpol que se le resistía: Azovstal. Rusia declaraba que había ejecutado con éxito la “liberación” del Donbás.
No tuvieron que pasar muchas horas para que, una vez más, la palabra de Putin se convirtiera en otra mentira. Las fuerzas rusas volvieron a bombardear el complejo siderúrgico. En el laberinto de túneles de la fábrica se atrincheran todavía los vivos con los heridos y los muertos.
Más de 7,7 millones de personas han huido de sus hogares en Ucrania debido a la ofensiva rusa, pero han permanecido dentro de las fronteras del país, informó el jueves la ONU.
Esta cifra publicada por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) de la ONU representa un alza con respecto al balance divulgado el 5 de abril que estimó en 7,1 millones el número de desplazados internos.
“Las mujeres y niños, los ancianos y las personas con discapacidades han sido afectadas de forma desproporcionada y representan un grupo altamente vulnerable”, indicó el director general de la OIM Antonio Vitorino.
Más de cinco millones de ucranianos han huido de su país tras la invasión de Rusia, según cifras de la ONU publicadas este el último miércoles 20 de abril, en el flujo de refugiados más acelerado en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.
La defensora de los derechos humanos de Ucrania subrayó que entre los evacuados por las tropas rusas había una residente de Mariúpol de 92 años que se vio obligada a trasladarse a Taganrog, en el sur de Rusia. Foto: AFP
La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) señaló que 5.034.439 ucranianos dejaron el país desde que Rusia inició su invasión el 24 de febrero. Las mujeres y los niños constituyen el 90% de los refugiados. Los hombres de entre 18 y 60 años pueden ser llamados para combatir, por lo que no se les permite salir del país.
Según las cifras de la ACNUR, unos 645.000 ucranianos huyeron de su país en febrero, casi 3,4 millones en marzo y cerca del millón desde principios de abril.
Con información de EFE y AFP.