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Marine Le Pen, la candidata que podría convertirse en la primera presidenta de Francia

La política de 53 años que en 2017 perdió en la segunda vuelta frente al actual mandatario francés visita mercados y da entrevistas íntimas para diferenciarse de Macron, percibido como “arrogante”.

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Marine Le Pen se ha esforzado en suavizar su imagen para dejar atrás el acalorado cara a cara con Macron de 2017, en el que se le reprochó su “agresividad” y “su falta de preparación”. Foto: AFP

Con un discurso centrado en el poder adquisitivo y una imagen moderada, la candidata de Agrupación Nacional (RN), Marine Le Pen, podría cumplir el sueño de décadas de la extrema derecha: llegar a la presidencia de Francia.

“Nunca he estado tan cerca de la victoria”, sostuvo a finales de marzo la aspirante de 53 años que en 2017 perdió en la segunda vuelta frente al liberal Emmanuel Macron con un 33,9% de votos.

No obstante, la tercera puede ser la vencida. Le Pen acorta distancias en los sondeos, a cinco puntos de Macron, si ambos pasan al balotaje tras la primera vuelta del domingo. El único que podría arrebatar a Le Pen el puesto en la segunda vuelta es el líder izquierdista Jean-Luc Mélenchon (17-18%)

De lograr las llaves del Elíseo, esta abogada de formación coronaría con éxito su estrategia de borrar la imagen extremista del partido desde que en 2011 tomó las riendas del entonces Frente Nacional (FN), fundado por su padre.

Jean-Marie Le Pen ya alcanzó el hito de disputar el balotaje en 2002, cuando perdió con casi un 18% de votos frente al conservador Jacques Chirac, pero con una imagen de partido racista, antisemita y nostálgico de la Argelia colonial.

Marine Le Pen fue apartando a los integrantes destacados de estos sectores, inclusive a su padre, y otros se unieron a las filas de su rival Éric Zemmour, que, según los observadores, busca resucitar el tradicional FN.

En las entrevistas, Marine Le Pen suele presentarse además como una agricultora, criadora de gatos, en un intento de normalizar su imagen. Foto: AFP

“Se hace la simpática”

“La mera presencia de Éric Zemmour, percibido como más radical que ella tanto en el fondo como en la forma, ha recentrado mecánicamente la imagen de Le Pen”, publicó recientemente en su cuenta de Twitter Mathieu Gallard, analista de Ipsos France.

La candidata de RN también se ha esmerado en suavizar su imagen para dejar atrás el acalorado cara a cara con Macron de 2017, en el que se le reprochó su “agresividad” y “su falta de preparación”.

Le Pen “se hace la simpática y lo aprovecha. Y, además, nos hemos habituado a los extremos”, lamentó el ministro de Agricultura francés, Julien Denormandie, sobre el auge de la candidata rival en su tercera elección presidencial.

La política nacida el 5 de agosto de 1968 en Neuilly-sur-Seine, una ciudad acomodada al oeste de París, acude a los mercados, sube a tractores y da entrevistas íntimas para diferenciarse de Macron, percibido como “arrogante”.

En las entrevistas, suele presentarse además como una agricultora, criadora de gatos, en un intento de normalizar su imagen y socavar el “frente republicano” de partidos en su contra en la segunda vuelta, de acuerdo a un informe de la Fundación Jean-Jaurès.

Solo uno de cada dos votantes la considera ahora “inquietante” y un 46% estima que “entiende bien los problemas de la gente”, por delante de Macron (27%), según un sondeo reciente de Harris Interactive.

La inesperada igualdad entre Macron y Le Pen

Francia parece encaminarse a repetir la disputa Macron-Le Pen de 2017, pero el desenlace parece más incierto en un país que en el último lustro atravesó movilizaciones sociales, la pandemia del coronavirus, y teme los efectos en el bolsillo de la invasión rusa a Ucrania.

Ante esta posible lucha, el resto de candidatos empieza ya a posicionarse, incluso antes de la primera vuelta. La socialista Anne Hidalgo, el comunista Fabien Roussel y el ecologista Yannick Jadot anunciaron que llamarán a impedir la victoria de la extrema derecha en segunda vuelta.

Los últimos sondeos de intención de voto atribuyen a Macron entre un 26% y un 27%, mientras que Le Pen recibiría el 24%. En 2017, el ahora presidente ganó con un 24% frente al 21% de la lideresa ultraderechista.

Los últimos sondeos de intención de voto atribuyen a Macron entre un 26 y un 27%, mientras que Le Pen recibiría el 24%. Foto: AFP

El diario francés Le Monde alertó el último viernes en un editorial del “peligro” de que Le Pen llegue al poder. “La extrema derecha no es un adversario, es un enemigo”, aseguró a AFP el líder de la CGT, Philippe Martinez, cuyo sindicato debe decidir el próximo martes qué consigna de voto dará.

Para el director de la Fundación Jean-Jaurès, Gilles Finchelstein, el tradicional “frente republicano” de partidos no bastará para aislar a Le Pen en la segunda vuelta, ya que, aunque este sistema no ha desaparecido, está desgastado.

Símbolo de este cambio, la candidata de la otrora derecha gobernante, la liberal Valérie Pécresse (Los Republicanos), aseveró que no dará una consigna de voto tras la primera vuelta porque “los franceses son libres”, aunque sí revelará por quién votará.

Marine Le Pen, la posible primera presidenta de la historia de Francia

En la actualidad, Marine Le Pen asegura no ser la misma de 2017. Ha obtenido, cuenta, madurez personal, y se siente preparada para gobernar Francia.

Para 2022 no tiene una promesa, sino 22. 22 promesas de campaña, un programa impulsado principalmente por su batalla contra la inmigración, uno de los temas más espinosos hoy en día en la Unión Europea (UE). Justamente, la posible salida de esta organización ya no se habla en el equipo de la candidata.

De conseguirlo, se convertiría en la primera presidenta de la historia de Francia. También sería la primera vez que la extrema derecha gobierna democráticamente en el país europeo.