Rocío Décima, trabajadora de una fábrica de La Matanza —perteneciente a la provincia de Buenos Aires, al extremo este de Argentina— murió este lunes 4 de abril cuando una de las máquinas que operaba se enganchó con su pelo.
La víctima tenía 21 años y trabajaba en una fábrica de juntas de motovehículos.
El dueño de la empresa, Rubén Alegre, fue quien encontró el cuerpo de la víctima, que estaba tirado en el piso de la manufactura. Según señaló, a la joven se le enganchó el pelo en una máquina de engranajes y se golpeó la cabeza con mucha violencia, lo que derivó en el fallecimiento de Décima.
Tras lo sucedido, Alegre reportó a la central de emergencias llamando al 911. Las unidades de rescate, a su llegada, solo pudieron corroborar la muerte de la operaria.
De momento, se viene llevando a cabo una investigación, por lo que no hay imputados ni detenidos. Se está revisando si la empresa cuenta con todos los papeles en regla. Además, la máquina está en manos de las autoridades.
Durante las horas del lunes, familiares y amigos de la víctima se expresaron a través de las redes sociales.