El 2 de enero, Sinead Hudson y su esposo Rob se encontraban de vacaciones en España cuando ambos empezaron a sufrir los síntomas de una gripe, por lo que se hicieron el descarte de COVID-19 y descubrieron que se habían contagiado.
Sin embargo, el virus los afectó de manera distinta. Él apenas tenía un sutil malestar, mientras que ella se debilitaba cada día más. “Me sentía débil y cansada, pero él no tenía nada. Pensamos que afecta a las personas de distinta manera”, le contó al medio The Sun.
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No obstante, algo llamó su atención cuando la prueba PCR dictó un resultado negativo y los síntomas aún persistían en ella. “Tomaba paracetamol para bajar la fiebre, pero cuando se iba, el efecto volvía a subir. A mediados de enero, estaba tan enferma que no podía ni comer”, recordó.
En ese momento, creyó que se trataba de alguna secuela o un test mal hecho, pero todo cambió el día que despertó con una fiebre de 41 °C y, como ella misma definió, “delirando”, reporta El Tiempo.
Sinead tuvo que ser internada de urgencia luego de discutir con su esposo. Ella aún creía que tenía ‘COVID largo’ o una infección, y que se sanaría con unos antibióticos. Sin embargo, tras cuatro días de estudios y observación, los médicos la diagnosticaron con algo distinto.
“Tienes una leucemia aguda”, dijo el doctor. “Todo se puso blanco. Mis oídos zumbaban, mi cerebro se había detenido y no podía asimilar nada de lo que me estaba diciendo. Tuve un sentimiento abrumador de que quería vivir, no sé cómo explicarlo”, rememoró Sinead.
Este tipo de leucemia hace que la médula ósea libere glóbulos blancos antes de que estén listos, situación que expone a los pacientes a ser más vulnerables a las infecciones. Foto: The Sun
La pareja terminó sus vacaciones en Ibiza, España, y tomaron el primer vuelo a Reino Unido. Empezó a recibir tratamiento en el Royal Berkshire Hospital en Reading. Nuevamente, tras varios estudios, el diagnóstico se confirmó: leucemia linfoblástica aguda.
Este tipo de leucemia hace que la médula ósea libere glóbulos blancos antes de que estén listos, situación que expone a los pacientes a ser más vulnerables a las infecciones.
Pese a todo, Sinead está muy agradecida porque al haber contraído COVID-19 pudo darse cuenta que padecía de cáncer. Mientras tanto, empezó a tratarse con quimioterapia, aislada de su familia durante los primeros días.
Aunque respondió bien a la quimioterapia, la joven sabe que “el viaje recién comienza”. Según los médicos, no se descarta la posibilidad de que requiera un trasplante de células madre.
Sinead Hudson, residente de Reino Unido, tenía una fiebre que no se le iba luego de dar positivo a covid-19 el pasado mes de enero. Foto: The Sun
Mientras tanto, ella está trabajando con Leukemia UK para crear conciencia y recaudar fondos. “Quería crear conciencia sobre las organizaciones benéficas que apoyan a las personas con cáncer en la sangre y recaudar dinero para el barrio de Adelaida donde estaba recibiendo tratamiento”, declaró.