Ivermectina nunca tuvo “ningún beneficio” contra la COVID-19, confirma nuevo estudio
Un amplio ensayo clínico en Brasil muestra que tomar ivermectina no hace diferencia en la recuperación o empeoramiento de los infectados con coronavirus.
Durante la pandemia se promocionó en gran medida el antiparasitario ivermectina como tratamiento alternativo para la COVID-19. A pesar de la falta de evidencia sólida que respalde su uso, muchas personas aseguran haber superado la enfermedad sin complicaciones gracias a este fármaco. Ahora, un nuevo y amplio estudio echa por tierra esa deducción.
El estudio, cuyos resultados se publicaron el miércoles en la revista New England Journal of Medicine, evaluó a 1.358 personas infectadas con el coronavirus SARS-CoV-2 en Brasil. La mitad de ellos consumió ivermectina y la otra mitad un placebo (sustancia sin ningún efecto).
Al comparar los dos grupos, observaron que casi la misma proporción de ambos llegaba al hospital por el empeoramiento de la enfermedad. Asimismo, tampoco hubo diferencias en el tiempo que demoraban en recuperarse, la duración de la hospitalización, el riesgo de muerte, ni cualquier otro de los indicadores evaluados.
“Realmente no hay señales de ningún beneficio”, dijo David Boulware, uno de los autores y experto en enfermedades infecciosas de la Universidad de Minnesota.
Boulware espera que los hallazgos de este contundente estudio “alejen a la mayoría de los médicos de la ivermectina y se enfoquen en otras terapias”.
El estudio se suma a otros que ya han mostrado evidencia de la inutilidad de la ivermectina para tratar o prevenir la COVID-19.
La ilusión sobre un fármaco sin respaldo
A mediados de 2020, cuando los investigadores probaban miles de medicamentos conocidos para averiguar su eficacia contra la COVID-19, unos experimentos de laboratorio con células humanas sugirieron que la ivermectina podría bloquear el coronavirus.
En ese entonces, algunos expertos señalaron que dichos experimentos funcionaron debido a las altas concentraciones del fármaco, mucho mayores que los niveles seguros para los humanos.
A pesar de ello, médicos de todos los continentes comenzaron a recetar ivermectina contra la COVID-19, incluso como preventivo. Este consumo masivo continuó aún cuando la Organización Mundial de la Salud desaconsejó su uso para dichos fines.
También hubo intentos fallidos de fortalecer la evidencia a favor de la ivermectina, como un estudio publicado en noviembre de 2020 que afirmaba que el fármaco reducía en 90% la tasa de mortalidad y aceleraba la recuperación de los pacientes hospitalizados. Sin embargo, meses después se descubrió que los datos eran visiblemente fraudulentos, por lo que el documento fue retirado de la plataforma científica.
Con ello, se cayeron los dos únicos metaanálisis que había usado dicho estudio para respaldar el uso de ivermectina contra la COVID-19.
Entonces, ¿por qué a algunos les ‘funcionó' la ivermectina?
Los defensores de la ivermectina como fármaco anti-COVID-19 tenían el beneficio de la duda debido a que no se contaba con ensayos clínicos que descartaran su eficacia. Sin embargo, esos estudios, como el publicado el 30 de marzo, por fin han concluido. Ahora, el público puede tener una idea más clara de qué ha pasado con los que consumieron este fármaco durante la pandemia.
Sin considerar el efecto de las vacunas, se sabe que hay múltiples factores de riesgo que predisponen a una persona a padecer COVID-19 grave, como la edad, afecciones previas, determinado grupo sanguíneo o características genéticas específicas. En contraste, las personas sin ninguna de estas condiciones suelen tener un cuadro leve o asintomático.
Dentro de ambas poblaciones hubo contagiados de COVID-19 que consumieron ivermectina. Unos empeoraron; otros se recuperaron fácil. Y a la luz de la evidencia científica disponible, podemos deducir que probablemente les hubiera ido igual sin este medicamento.