Las autoridades saudíes han anunciado este sábado las ejecuciones, en un solo día, de 81 personas condenadas por pertenecer a las organizaciones terroristas Estado Islámico, Al Qaeda o la insurgencia huthi en Yemen, así como por otros crímenes castigados con la pena capital en el país, como la violación o el asesinato.
Este número supera incluso la cifra de las ejecuciones multitudinarias de enero de 1980, contra los 63 condenados por apoderarse de la Gran Mezquita de La Meca en 1979, el peor ataque de la historia contra el reino y el lugar más sagrado del islam, que se saldó con 229 muertos.
“Los delitos cometidos por estas personas también incluyen jurar lealtad a organizaciones terroristas extranjeras, como Estado Islámico, Al Qaeda y los huthis”, estos últimos declarados por Arabia Saudita, que combate contra ellos en Yemen, como organización terrorista, así como “por ataques a ciudadanos árabes y viajar a zonas regionales de conflicto para unirse a organizaciones terroristas”.
Entre los ejecutados también hay condenados por “atacar al personal del Gobierno y sitios económicos vitales, matar a agentes del orden y mutilar sus cuerpos, y colocar minas terrestres contra vehículos policiales”.
“Además, las condenas incluyen delitos de secuestro, tortura, violación, contrabando de armas y atentados con bomba” contra el reino árabe, según el comunicado del Ministerio del Interior recogido por la agencia oficial de noticias saudí SPA.
El Ministerio del Interior garantiza que a todos los acusados se les ha proporcionado el derecho a un abogado, así como “todos sus derechos bajo la ley saudí durante el proceso judicial”.
“El Reino seguirá adoptando una postura estricta e inquebrantable contra el terrorismo y las ideologías extremistas que amenazan la estabilidad del mundo entero”, concluye el comunicado.
Entre los condenados se encuentra un hombre yemení acusado de pertenencia a Estado Islámico y responsable del asesinato de un guardia de seguridad y dos civiles. Otros tres yemeníes fueron condenados por asesinar a dos agentes de seguridad, formar un grupo “terrorista” afiliado a los huthis, plantar minas terrestres y hacer contrabando de armas.
Otro saudí fue condenado por varios delitos que incluyen el secuestro, la tortura y el asesinato de un oficial de seguridad y la formación de células terroristas que reciben órdenes de grupos “terroristas” fuera de Arabia Saudita. En esa misma línea, dos saudíes fueron declarados culpables del asesinato de su madre y del intento de asesinato de su padre y su hermano.
Varios saudíes y un sirio fueron condenados por delitos vinculados con el terrorismo, como la formación de células terroristas, tener vínculos con Estado Islámico y otros grupos, y disparar contra agentes de seguridad y comisarías.
Otros tres hombres yemeníes y un hombre saudí fueron declarados culpables de comunicarse con “una parte extranjera hostil con el fin de proporcionar coordenadas de edificios gubernamentales para su ataque, así como de participar en contrabando de armas y granadas de mano”.
Organizaciones humanitarias como Amnistía Internacional han denunciado la política de ejecuciones en Arabia Saudita, donde las autoridades incrementaron el año pasado el número de ajusticiamientos una vez concluyó la presidencia del país al frente del G20, con un total de 40 entre enero y julio de 2021, más que el total registrado en 2020, según la mencionada entidad.
La Organización Europea-Saudí para los Derechos Humanos cifró el total de ejecuciones en todo el año pasado en 67, un 148% más que en el año anterior.