El ministro de Energía de Ucrania, Herman Galuschenko, advirtió la noche de este jueves que el mundo está al borde de la mayor catástrofe nuclear en la historia de uso pacífico de la energía atómica tras el ataque ruso que provocó un incendio en un edificio de la central de Zaporozhie, en el sureste del país.
“El agresor continúa asestando golpes demoledores a Ucrania. No lo detienen ni los miles de víctimas ni las tragedias. Ahora quieren destruir todo el mundo”, escribió en su página de Facebook.
Galuschenko denunció que las tropas rusas emplearon fuego de tanques, de artillería y cohetes contra la central nuclear de Zaporozhie, la mayor de Europa, “a sabiendas de las consecuencias catastróficas de sus acciones”.
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“Es una guerra de aniquilación, de aniquilación de la humanidad y de nuestro planeta. La seguridad nuclear no le preocupa al enemigo”, subrayó el ministro.
Entretanto, las negociaciones entre Rusia y Ucrania comenzaron en la frontera entre Polonia y Bielorrusia, anunció este jueves el consejero de la presidencia ucraniana Mikhailo Podolyak, en el octavo día de la invasión rusa.
“Comenzamos a discutir con los representantes rusos. Los puntos claves de la agenda son un alto el fuego, un armisticio y los corredores humanitarios para la evacuación de civiles de las ciudades y pueblos destruidos o bombardeados de manera constante”, afirmó Podolyak en Twitter, publicando una foto de miembros de las dos delegaciones en la mesa de discusiones.
La televisión rusa publicó por su parte imágenes de los miembros de las dos delegaciones dándose la mano, los rusos con traje y corbata y los ucranianos en uniforme militar.
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Fuente bielorrusas y rusas afirmaron que las negociaciones se llevan a cabo en la localidad de Belovezhskaya Pushcha, en la región bielorrusa de Brest, cerca de la frontera con Polonia.
Para el negociador ruso, Vladimir Medinski, esta localización permite a la delegación ucraniana entrar y salir por Polonia.
La delegación rusa pone tres temas sobre la mesa: “el aspecto militar-técnico, el humanitario e internacional, así como la política”, dijo Medinski sin dar más detalles.
La víspera, el representante ruso señaló que hablarían sobre los puntos necesarios para “un alto el fuego”.
La primera reunión, el lunes, terminó sin avances concretos, pero las dos partes estaban de acuerdo en verse una segunda vez.
Un periodista de la AFP reportó daños provocados por bombardeos contra edificios de los servicios de seguridad y una universidad.
Rusia lanzó unidades de paracaidistas en Járkov —la segunda mayor ciudad del país— donde las fuerzas ucranianas reportaron combates callejeros.
Últimos acontecimientos sobre la invasión rusa de Ucrania, entre el 2 y 3 de marzo. Infografía: AFP
Esta ciudad de 1,4 millones de habitantes y cercana a la frontera con Rusia sufrió, además, un bombardeo que provocó al menos cuatro muertos y nueve heridos, según los servicios de socorro.
“Tienen la orden de borrar nuestra historia, de borrar a nuestro país, de borrarnos a todos”, denunció en un video el presidente ucraniano Volodimir Zelenski.
Después del ataque que provocó cinco muertos contra la torre de televisión de Kiev, cercana al sitio donde fueron masacradas 30.000 personas durante la Segunda Guerra Mundial, la mayoría de ellos judíos, Zelenski lanzó un llamado a esa comunidad a “no permanecer en silencio”.
“El nazismo nace del silencio. Entonces salgan a gritar sobre los asesinatos de civiles. Griten sobre los asesinatos de ucranianos”, afirmó el presidente, un excomediante de 44 años y judío.
El presidente estadounidense, Joe Biden, prometió en la víspera que hará “pagar un precio” a su homólogo ruso, Vladimir Putin, y que conseguirá “salvar la democracia” de los retos que enfrenta dentro y fuera de Estados Unidos.
La guerra en Ucrania centró parte del primer discurso de Biden acerca del estado de la Unión, en el que anunció su decisión de cerrar el espacio aéreo de Estados Unidos a las aerolíneas rusas, como han hecho Canadá y la Unión Europea (UE).
“Putin está más aislado que nunca del resto del mundo”, proclamó el mandatario ante los legisladores de ambas cámaras del Congreso estadounidense.
Con información de AFP y EFE