El jueves 13 de enero, el viceministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Riabkov, encendió las alarmas en Washington e incluso en Caracas, donde la oposición no tardó en reaccionar. El alto funcionario ruso deslizó la posibilidad de desplegar tropas en Venezuela.
“No quiero confirmar nada, pero tampoco voy a refutar nada aquí”, declaró Riabkov al canal de televisión ruso RTVI, que le había preguntado sobre un posible envío de infraestructura militar tanto a Venezuela como a Cuba, dos naciones aliadas que están a escasos kilómetros de Estados Unidos (EE. UU.).
En ese sentido, Ryabkov no descartó que, si la diplomacia con Estados Unidos falla en la crisis actual sobre Ucrania, Rusia opte por enviar fuerzas militares a Venezuela y Cuba, dos de las naciones más belicosas con Washington, considerado un “imperio” por sus líderes.
Ese mismo día, Jake Sullivan, asesor de Seguridad Nacional del presidente estadounidense, Joe Biden, tildó estas palabras de “bravuconadas”, pero enfatizó que Washington está “listo” para “todos los escenarios” con Rusia.
“Si Rusia se moviera en esa dirección, nos ocuparíamos del tema decididamente”, aseguró Sullivan citado por la agencia AFP.
Preguntada por este diario, la presidenta de la ONG venezolana Control Ciudadano, Rocío San Miguel, precisó que el artículo 187 de la Constitución de la República Bolivariana deja abierta la opción de fuerzas foráneas en la nación caribeña.
El referido precepto constitucional establece las competencias de la Asamblea Nacional (AN, Parlamento), que en su decimosegundo punto habla de “autorizar el empleo de misiones militares venezolanas en el exterior o extranjeras en el país”.
Y actualmente la mayoría de curules en el órgano legislativo son del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela, que lidera el cuestionado gobernante Nicolás Maduro. “La AN puede acordar la presencia de misiones militares en el país”, reiteró San Miguel.
De momento, ni Maduro ni alguna otra autoridad ha confirmado —ni descartado— que esté contemplado un arribo extra de tropas rusas a suelo venezolano.
Quien sí se pronunció fue el líder opositor Juan Guaidó, todavía reconocido por varios países como presidente encargado de Venezuela. “La exigencia es sencilla: que se respete el territorio nacional. ¿Qué pretende Rusia? ¿Hacernos parte de un conflicto que ni es latinoamericano?”, deploró.
Efectivamente, analistas han señalado que este tipo de comentarios responden a la pretensión del Kremlin de que EE. UU. se aleje de Ucrania, país fronterizo con Rusia.
“El despliegue de tropas rusas, si es autorizado por la AN, de una manera más abierta de lo que ha significado su presencia actual, puede significar cualquier cosa, incluso la presencia de mercenarios en Venezuela”, subrayó San Miguel.
La experta en temas militares y activista de derechos humanos en Venezuela mencionó que ya hay compañías privadas rusas de seguridad que entrenan a efectivos de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB).
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De hecho, el ministro para la Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino López, criticó la “vil vocería de la antipatria” e indicó que simplemente “Rusia asoma la posibilidad de profundizar las relaciones de cooperación militar de nuestras naciones, las cuales ya existen”.
“Es un error de Padrino López saltar como un resorte a aplaudir este tipo de declaraciones. Es un error porque sienta muy mal en temas de soberanía nacional”, afirmó San Miguel, quien recordó que en Venezuela “hay grupos armados, pero no hay control de armas ni de municiones”.