Del 31 de octubre al 12 de noviembre, diversos líderes políticos y funcionarios gubernamentales de 191 países se encontrarán en la vigésimo sexta Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26). La conferencia se realizará en Glasgow, Escocia (Reino Unido), y estará enfocada en los compromisos climáticos y el financiamiento que deberán alcanzar para combatir la problemática medioambiental.
Durante el encuentro, los jefes de Estado de los países miembros se reunirán el 1 y 2 de noviembre en una cumbre que buscará establecer medidas urgentes para modificar las escasas propuestas de los últimos planes nacionales de mitigación.
En un inicio, la COP26 estaba programa para el 2020. Sin embargo, la llegada de la COVID-19 hizo que se pospusiera para este año.
En el 2021, el evento no solo se propone negociar acuerdos y acciones mundiales que contribuyan a lograr el objetivo: conseguir equilibrar la emisión y concentración de gases de efecto invernadero a niveles que eviten que el peligro de la actividad humana intervenga en el sistema climático global. También busca revisar cómo los países que firmaron el Acuerdo Climático de París de 2015 están cumpliendo y comprometiéndose con la reducción de estos compuestos en el mundo.
Aunque el compromiso, hasta finalizar el siglo, sea no permitir que el calentamiento global alcance los 2℃ y permanezca en 1,5℃, CNN en Español reporta que los avances aún son lejanos. Mientras que en la Unión Europea las emisiones comenzaron con 40% en 1990 y aumentarían en un pronóstico del 55% para el 2030, existen otros países del mundo que ni siquiera enviaron sus compromisos actualizados.
Desde el 2015, se exige que los países miembros de la COP aporten, voluntariamente y de acuerdo sus capacidades, con compromisos para reducir la emisión de gases de efecto invernadero a mediano y largo plazo. A aquellos documentos que cada uno debería presentar se les conoce como contribuciones determinadas a nivel nacional o NDC, por sus iniciales en inglés.
Seis años después, la conferencia climática que se organiza desde 1995 exhorta a los países desarrollados a que, cada año, se comprometan a ofrecer un financiamiento de 100.000 millones de dólares para apoyar a las naciones menos favorecidas a cambiar hacia una economía reducida en carbono y en la adaptación al cambio climático.