El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ordenó activar el Plan Vuelta a la Patria tras el ataque contra migrantes venezolanos ocurrido el sábado 25 de setiembre en Iquique, al norte de Chile.
La medida fue informada vía Twitter por la vicepresidenta Delcy Rodríguez, quien “repudió la xenofobia y agresiones” y exigió a las autoridades chilenas respetar “la integridad física y psicológica” de sus connacionales.
Foto: captura de Twitter
Los hechos ocurridos en Iquique también fueron condenados por organismos como La Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) y el relator Especial de las Naciones Unidas sobre los derechos humanos de los migrantes, Felipe González, quien calificó el incidente como una “inadmisible humillación contra (los más) vulnerables”.
En la víspera, en medio de gritos xenófobos, un grupo quemó las pertenencias de migrantes que acampaban en las calles de Iquique y que la Policía evitó fueran golpeados por la turba.
La violenta protesta en Iquique ocurrió luego de que, el viernes, la Policía desalojara una plaza donde acampaban familias de migrantes con niños, en medio de la creciente crisis migratoria en la zona.
Miles de venezolanos indocumentados cruzan la frontera entre Bolivia y Chile por pasos no habilitados en el inhóspito Altiplano, poniendo en riesgo sus vidas. Unos 11 migrantes han muerto en esta ruta en el último año.
Unas 24 organizaciones de ayuda a migrantes, de derechos humanos y la Asociación Venezolana en Chile repudiaron los ataques y pidieron al Gobierno chileno soluciones reales a la problemática migratoria, como el acceso a albergues con condiciones sanitarias adecuadas; atención de salud, alimentos y el inicio de procesos de regularización para los migrantes.
Los migrantes intentan llegar en su mayoría a Santiago. Pero los más pobres carecen de recursos para costear un viaje hasta la capital chilena y han tenido que quedarse en Iquique u otras ciudades del norte del país, acampando en las calles en precarias condiciones.
Los ingresos de personas a Chile por pasos clandestinos suman 23.673 hasta julio, casi 7.000 más que en todo el año pasado, según el informe del Servicio Jesuita a Migrantes (SJM) del mes de septiembre.
Con información de AFP.