Desde este martes 6 de septiembre, El Salvador empezará a reconocer el bitcoin, junto con el dólar, como moneda legal del país. Esto lo convertiría en la primera nación en adoptar esta medida. El Gobierno ha señalado que esta decisión apoyara a la bancarización de la población y evitará la pérdida de aproximadamente 400 millones de dólares en las remesas que los salvadoreños envían desde el extranjero y que representan el 22% del PIB.
No obstante, muchos economistas y organismos internacionales como el Banco Mundial, el FMI y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) se muestran escépticos sobre convertir el bitcóin como moneda legal.
Según Óscar Cabrera, economista de la Universidad de El Salvador, esta decisión tendrá un fuerte “impacto negativo” en las condiciones de vida de los ciudadanos debido a la “alta volatilidad del precio de la cotización” que “incidirá en precios de los bienes y servicios” afectando a la población.
Asimismo, el expresidente del Banco Central de Reserva de El Salvador, Cabrera, afirmó para AFP que esta medida es como “la tormenta perfecta en la cual venimos en el Titanic y nadie va manejando”.
Por otro lado, varios ciudadanos han mostrado su rechazo a lo estipulado por el Gobierno. Tal como afirma un reciente sondeo de la Universidad Centroamericana (UCA), donde siete de cada 10 salvadoreños señalaron estar “en desacuerdo o muy en desacuerdo” de las 1.281 personas encuestadas a mediados de agosto.
“Ese bitcóin es una moneda que no existe, es una moneda que no va a favorecer a los pobres sino a los acaudalados, porque uno de pobre, ¿qué puede invertir, si a duras penas tenemos para comer?”, indicó a la agencia AFP José Santos Melara, un veterano de la guerra civil que el último viernes participó en una protesta contra la criptomoneda. Es así que la mayoría de la población se encuentra en desacuerdo con lo impulsado por el Gobierno de Bukele y prefiere seguir usando los billetes regulares.
Según el sondeo de la UCA, un 65,2% de la población no se encuentra dispuesta a descargar la billetera electrónica denominada “Chivo” para hacer ventas y compras con criptomonedas, ni con el incentivo de 30 dólares que dará el Gobierno a los usuarios del bitcóin.
En junio la Asamblea Legislativa de Bukele, aprobó la ley bitcóin y, en agosto, favoreció un fideicomiso de 150 millones de dólares para garantizar la “convertibilidad automática” del bitcóin al dólar.
De este modo, de acuerdo a la ley, el bitcóin tendrá un poder “libertario ilimitado en cualquier transacción”. De igual forma, los cambio entre el bitcóin y el dólar “será establecido libremente por el mercado” y con esto se obligará a “aceptar bitcoin como forma de pago”.
Finalmente, la Fundación salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades), consideró como “inconstitucional” que se imponga “la aceptación obligatoria del bitcóin como forma de pago cuando sea ofrecida” en cualquier transacción económica.
Igualmente, advirtió que el carácter de este tipo de monedas es “altamente volátil” si es determinado “exclusivamente por el mercado”, lo que no sería favorable para los ciudadanos.