El Reino de Marruecos elegirá a sus representantes en las elecciones generales el próximo miércoles 8 de setiembre. Con la vista puesta en este nuevo mandato, las mujeres marroquíes buscan la paridad en la política amparándose en la Constitución del país magrebí y en los lentos avances de los últimos años.
“Tenemos ambiciones normales que reflejan los mismos compromisos expresados en la Constitución, es decir, el deber del Estado de imponer la paridad. No nos conformamos con quedarnos por debajo de la paridad”, indicó la ex ministra marroquí de Solidaridad, Mujer y Familia y Desarrollo Social, Nouzha Skalli, en una entrevista a Efe.
Skalli se refiere al articulo 19 de la Carta Magna marroquí que dice que “el hombre y la mujer gozan, en igualdad, de los derechos y libertades de carácter civil, político, económico, social, cultural y medioambiental (…) y el Estado actúa para realizar la paridad entre hombres y mujeres”.
A las elecciones generales del país africano se han presentado 2.329 candidatas (el 34,17% del total de las candidaturas) mientras que a las locales lo han hecho 47.060 mujeres (30%).
Con el objetivo de avanzar en la igualdad de género, Marruecos ha ido aprobando desde 2002 normativas para establecer cuotas en los órganos representativos. Actualmente, ascienden a un 22,7% en el caso de la Cámara de Representantes (cámara baja) y un tercio en las regionales y locales.
En las elecciones locales de 1992 y 1997, las mujeres ocuparon 0,24 y 0,55%, respectivamente, de los consejos electos locales. Gracias a la aplicación del sistema de cuotas ese porcentaje ascendió al 12,3% en los comicios marroquíes de 2009. “Fue una verdadera revolución”, recuerda la exministra.
A nivel del poder legislativo, la representación de la mujer en la Cámara de Representantes pasó de dos diputadas en las elecciones de 1993 a 35 en las de 2002, de un total de 325 escaños que tenía entonces la Cámara. De ellas, solo cinco mujeres marroquíes obtuvieron escaños compitiendo en las mismas condiciones que los hombres, mientras que las 30 restantes ganaron gracias a la cuota destinada a las féminas exclusivamente. Esto es porque a la hora de votar en Marruecos, el elector tiene que introducir en su papeleta una lista mixta y, obligatoriamente, otra exclusivamente femenina.
“Ningún movimiento ha conseguido mejorar la representatividad política de la mujer sin la adopción de medidas de discriminación positiva”, insiste Skalli, que pide un aumento de estas cuotas hasta llegar a la paridad.