Las fuerzas militares de EE. UU. ejecutaron este viernes 27 de agosto un bombardeo con drones contra un objetivo del Estado Islámico (EI) en Afganistán, un día después del atentado suicida contra el aeropuerto de Kabul que causó decenas de muertos, entre ellos 13 soldados estadounidenses.
El portavoz del Comando Central de EE. UU. (CENTCOM), capitán Bill Urban, informó en un comunicado que la acción tuvo lugar en la provincia de Nangarhar, en el este del país centroasiático.
El ataque estaba dirigido contra un miembro del Estado Islámico del Gran Jorasán (ISIS-K), quien, según Estados Unidos, planeaba las actividades del grupo. No obstante, no precisaron de inmediato si se trataba del cerebro del atentado del jueves. “Los primeros indicios son que matamos al objetivo. No sabemos de víctimas civiles”, señaló Urban.
Estado Islámico de Khorasán es la rama afgana del EI, la cual ha reivindicado la acción del jueves contra el aeródromo de la capital afgana. El asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, lo ha definido como “un enemigo declarado de los talibanes”.
Desde hace una semana, el Gobierno estadounidense estaba “enfocado con determinación” en la posibilidad de un ataque terrorista en Afganistán a manos de esta agrupación.
El Pentágono informó este viernes de que el aeropuerto de Kabul fue blanco del ataque de un suicida y no de dos, como inicialmente se había informado.
En el atentado, 170 personas perdieron la vida y otras 150 resultaron heridas, indicaron a Efe en Kabul fuentes próximas a los talibanes. Por su parte, el Pentágono ha informado de la muerte de 13 soldados estadounidenses y de 18 heridos.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, prometió venganza contra los autores del ataque, a quienes aseguró que los perseguiría y les haría pagar por los atentados.
Estados Unidos permanecía este viernes en máxima alerta debido a que posee información sobre “amenazas creíbles” contra sus tropas en Afganistán, aunque seguirá adelante con sus planes para culminar la evacuación y la retirada de sus soldados de ese país para el 31 de agosto.
Washington ya ha evacuado a 109.200 personas desde el 14 de agosto, un día antes de que los talibanes tomaran Kabul después de hacerse con el control de casi todas las provincias afganas, según un funcionario de la Casa Blanca.
Este último confirmó que en esta jornada habían sido evacuadas 4.200 personas desde la capital afgana.