Los iraníes votan este viernes 18 de junio, sin gran entusiasmo, para elegir a un nuevo presidente, en un proceso que tiene al ultraconservador Ebrahim Raisi como gran favorito para asumir las riendas de un país en una grave crisis económica y social.
El guía supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, emitió en Teherán el primer voto, dando por abiertas las urnas, y llamó a los casi 60 millones de electores a cumplir su “deber” cívico “lo más temprano” posible.
El malestar generalizado de los ciudadanos en este país azotado por la COVID-19, las sanciones estadounidenses y la descalificación de cientos de candidatos a las elecciones hacen prever una elevada abstención, que podría batir el récord del 57% de las legislativas de 2020.
De los siete candidatos autorizados por las autoridades, tres de los cuales se retiraron el miércoles 16 de junio, el claro favorito es Raisi, de 60 años y jefe de la Autoridad Judicial.
Después de tres semanas de campaña apática, las autoridades decidieron ampliar el horario de votación hasta la medianoche (19H30 GMT), e incluso podría extenderse hasta dos horas más, a fin de que vote la mayor cantidad de personas.
Los resultados se conocerán al final de la mañana del sábado 19 de junio y, en caso de que ningún candidato alcance el 50% de los votos, se organizará una segunda vuelta el 25 de junio entre los dos más votados.
La campaña fue apática, con pocos afiches electorales en la capital Teherán, la gran mayoría de los cuales mostraba el rostro austero de Raisi con su habitual turbante negro. Ante los llamados en redes sociales a boicotear la votación, Jamenei llamó el miércoles a sus compatriotas a participar masivamente para elegir un “presidente fuerte”.
Ebrahim Raisi es el candidato favorito de la contienda electoral. Foto: AFP
Una opinión frecuentemente escuchada en las calles es que la elección está decantada de antemano para asegurar la victoria de Raisi, algo que las autoridades niegan.
Sus rivales son un diputado poco conocido, Amirhosein Ghazizadeh-Hachémi; un excomandante en jefe de los Guardianes de la Revolución, el general Mohsen Rezai, y un tecnócrata, Abdolnaser Hemati, expresidente del Banco Central y el único considerado reformista de la contienda.
El presidente tiene poderes limitados en Irán, donde el poder real está en manos del guía supremo, Jamenei.
El presidente Hasan Rohani, un moderado que apostaba por una apertura hacia Occidente y una ampliación de las libertades individuales, fue reelegido en 2017 en primera vuelta con una participación del 73%.
“Las elecciones son importantes pase lo que pase y pese a los problemas (las candidaturas invalidadas), debemos ir a votar”, dijo Rohani, que no pudo postularse de nuevo tras dos mandatos consecutivos de cuatro años.
Con información de AFP