A las 6:00 de la tarde local cerraron las urnas en Chile, donde el sábado se efectuó una jornada electoral histórica para elegir alcaldes, concejales, gobernadores y constituyentes; quienes se encargarán de redactar una nueva Carta Magna.
Una ruta iniciada hace un par de años con la cual la nación austral busca enterrar la Constitución heredada por la dictadura de Augusto Pinochet (1974-1990). Un camino que culminará en el 2022 cuando habrá un referendo con voto obligatorio para aprobar o rechazar el nuevo texto legal.
“Esta era una salida necesaria porque el conflicto social que se venía desatando era muy grande”, subrayó la magíster en Política y Gobierno de la Universidad de Concepción Susana Riquelme. “No+AFP, el movimiento feminista, estudiantil, entre otras movilizaciones se venían arrastrando desde hace muchos años”.
Analistas e incluso políticos coinciden en que se trata de una elección histórica. El propio presidente chileno Sebastián Piñera declaró en la mañana tras sufragar en Santiago que es “especialmente importante” porque marcará “los caminos de nuestro país por las próximas décadas”.
Aunque la atención mediática está en las convencionales constituyentes, Piñera enfatizó que por vez primera votan por sus gobernadores regionales. Un rara avis que tenía Chile, a pesar de ser una de las naciones más avanzadas de la región, según indicadores internacionales.
Chile, un país de casi 20 millones de habitantes, fue considerado durante años el experimento más exitoso de los Chicago Boys. Ahora apuestan por mayor control estatal.
“Como yo lo veo, las demandas tienen que ver con garantizar un nuevo piso mínimo ético de derechos sociales”, contó a este diario la candidata constituyente Laura Albornoz.
La exministra de Estado, quien compite por un escaño por el distrito 10 de la Región Metropolitana, afirmó que es menester “asumir que el Estado tiene un rol en los distintos ámbitos de la nación y que ese rol y mandato es la orientación activa hacia el bien común; establecer un nuevo piso ético en cuanto a igualdad, no discriminación, plena ciudadanía, justicia social”.
Para Riquelme se trata de un “despertar social” que establecerá un antes y un después en la historia de Chile. “Es un salto a los torniquetes para avanzar en la toma de decisiones en los asuntos públicos”, destacó.
Virus. El sábado registraron 6.769 nuevos contagios de SARS-CoV-2, así como 87 decesos. Un número de infecciones más alto de lo esperado. Preveían 3.500-4.000 casos diarios, reconoció el Colegio Médico de Chile.