Lucas Villa se encontraba, junto a otros manifestantes, protestando de forma pacífica en el viaducto que comunica la ciudad de Pereira, capital del departamento de Risaralda, con la vecina Dosquebradas, cuando personas vestidas de civil en un vehículo de color gris abrieron fuego hiriendo de gravedad a tres jóvenes, entre ellos al estudiante de educación física.
El estudiante de 36 años de la Universidad Tecnológica de Pereira hoy se debate entre la vida y la muerte en el Hospital Universitario San Jorge de la capital risaraldense.
Según testigos, los atacantes dispararon cerca de ocho veces. Lucas Villa, de acuerdo con el reporte del Hospital Universitario San Jorge, llegó a urgencias aproximadamente a las ocho de la noche del miércoles 5 de mayo con traumatismos por arma de fuego en cráneo, cuello, tórax y miembro inferior derecho, por lo que se encontraba bajo pronóstico reservado.
Esa misma noche, familiares de Lucas Villa Vásquez informaron a Caracol Radio que el joven fue dictaminado con muerte cerebral. Pero esta mañana el gerente del hospital, Juan Carlos Restrepo, dijo que el pronóstico de Villa al llegar al centro asistencial era comprometedor y que en este momento se encuentra en estado delicado. Sin embargo, el galeno no confirmó que se trate de muerte cerebral.
“No está confirmado que tenga muerte cerebral. Su estado neurológico es muy grave, nuestros especialistas y la neurocirujana consideró que no era de manejo quirúrgico. En este momento lo están manejando en la unidad de cuidados intensivos”, explicó el galeno a RCN Radio.
El presidente de Colombia, Iván Duque, condenó de manera categórica la violenta acción a bala contra el joven Lucas Villa, quien recibió ocho disparos. Además, ordenó a la Policía dar con el paradero de los culpables y llevarlos ante la justicia.
“Condenamos lo sucedido en Pereira con el joven Lucas Villa y sus compañeros mientras marchaban pacíficamente en el viaducto”, escribió el Jefe del Estado en su cuenta de Twitter.
A pesar de estas declaraciones, en múltiples ocasiones Duque ha defendido a las fuerzas del orden, sindicadas como los principales agentes de violaciones de derechos humanos. Además, en un intento de criminalización de las protestas multitudinarias, señaló que supuestamente los manifestantes han “apelado al vandalismo, al terrorismo y a la violencia irracional para arrebatar la tranquilidad”.
Por su parte, la comunidad internacional condenó el uso excesivo de la fuerza por parte de agentes policiales, que dejaron 24 muertos y cientos de heridos en una semana.