El poder del presidente Nayib Bukele ya no solo se sostiene en el apoyo de las Fuerzas Armadas de El Salvador y todo el aparato que podía manejar desde el Ejecutivo. Hoy su partido ha acaparado el Legislativo y la destitución que este nuevo Parlamento oficialista ejerció sobre los magistrados de la Corte Suprema de Justicia ha alertado a la comunidad internacional por una presunta figura de acaparamiento de poderes por parte del mandatario.
Ante esta polémica decisión parlamentaria, el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, llamó el último domingo a Bukele para expresarle “sus serias preocupaciones” por la destitución a la más alta corte de El Salvador y al fiscal general Melara. “La acción democrática de gobierno debe respetar la separación de poderes por el bien de todos los salvadoreños”, exhortó Washington.
Otros líderes como Luis Almagro, secretario general de la OEA, y José Miguel Vivanco, director de la División de las Américas de Human Rights Watch, también rechazaron la decisión del Parlamento de El Salvador.
Sin embargo, el presidente Nayib Bukele asomó el lunes la posibilidad de continuar con la remoción de funcionarios nombrados por sus antecesores. “El pueblo no nos mandó a negociar. Se van. Todos”, escribió el mandatario en Twitter sin precisar qué otras personas siguen en la mira del Congreso de mayoría oficialista (68).
La mayoría parlamentaria de Bukele le permitirá pasar leyes y aprobar presupuestos sin el peso de la oposición. Para muchos analistas políticos se encamina un control de prácticamente todas las ramas del gobierno.
“Las elecciones del Legislativo son las que llevan a lo que en El Salvador se conoce como elección de segundo grado o de funcionarios de segundo grado, que van desde el fiscal general, un tercio de los magistrados de la Corte Suprema, el procurador general hasta la procuraduría de derechos humanos, Corte de Cuentas, entre otras instituciones”, explicó a la cadena BBC Bessy Ríos, analista política de El Salvador.
Actualmente el presidente Bukele tiene una importante popularidad en el país, lo que le ha permitido pasar de una orfandad partidaria en el anterior Parlamento a una aplastadora mayoría absoluta.
La Embajada de China en San Salvador sostuvo que “la salvaguardia de la igualdad soberana y la no interferencia en los asuntos internos de otros países son el principio más importante de la carta de la ONU”, en clara sintonía con lo que exige Bukele a sus críticos.
Bukele, que reconoce a Pekín, no ha descartado retomar relaciones con Taiwán.