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El Titanic a más de un siglo de historia como el ‘barco de los sueños’

Se hundió en el Atlántico norte la noche del 14 de abril de 1912 y murieron 1.500 personas. 109 años después, la historia continúa asombrando.

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El libro llamado El naufragio del titán, cuya trama coincide con la historia de lo que le pasó el Titanic, fue escrita 14 años antes de la tragedia. Foto: referencial/película Titanic

“Era el barco de los sueños para todos los demás, para mí, era un barco de esclavos, regresándome a los Estados Unidos en cadenas. Por fuera, era lo que toda chica bien educada debía ser. Por dentro, estaba gritando”, fueron las palabras de la actriz Kate Winslet que personificó a Rose DeWitt Bukater en la famosa película que inmortalizó a la gigante embarcación del Atlántico.

Era la noche del 14 de abril de 1912 y el RMS Titanic, considerado como el barco de pasajeros más grande y majestuoso construido hasta entonces, realizaba su viaje inaugural desde Southampton, Inglaterra, hasta Nueva York, Estados Unidos, con 2.208 almas a bordo.

Para sus creadores, aquel rey colosal y resplandeciente navío era la máquina que jamás se hundiría, pero la naturaleza les jugó en contra. El Titanic chocó con un iceberg en las heladas aguas del Atlántico norte y, según la historia, en pocas horas su hundimiento dejó 1.500 muertos.

La tragedia llegó a la literatura y al cine, industria en la que fue galardonada con 11 premios Óscar de la Academia de Hollywood. Durante décadas, se sigue reviviendo lo que fue el ‘barco de los sueños’. A 109 años de su naufragio, repasamos algunas historias que no dejan de sorprender.

El barco que nunca se hundiría

Cuando empezó a funcionar en 1912, el Titanic no era ni el mejor barco ni el técnicamente más avanzado de su época. El ser la embarcación más grande, lo cual rara vez indica que algo es mejor, era el único récord que ostentaba.

La desafortunada afirmación de su arquitecto y el propietario de decir que la nave era “prácticamente insumergible”, fue una declaración que los llevó a ser criticados durante mucho tiempo, ya que en ese tiempo habían otras naves mucho más experimentadas como Lusitania y Mauretania.

¿Realmente iba a toda velocidad?

Este fue un mito que se desmintió, puesto que no todas las calderas se habían encendido y, además, navegaba por la ruta sur, la más larga a través del Atlántico norte, precisamente para evitar los icebergs.

Pero incluso si se hubieran encendido todas las calderas, la velocidad máxima que hubiera podido alcanzar la embarcación era de 21 nudos, muy lejos de los 26 que registraban regularmente los de Cunard Line. El Titanic no iba a toda velocidad debido al riesgo de daños potenciales en sus motores.

El costo de su construcción

La inversión que se hizo en la construcción del transatlántico fue de 7,5 millones de libras esterlinas de aquella época. En la actualidad, equivaldría a 170 millones de dólares aproximadamente.

Por ello, fue considerado como uno de los recintos acuáticos más lujosos que jamás había alcanzado el ingenio humano. Sin embargo, no pudo completar ninguna meta.

Un libro titulado El naufragio del titán

Pocos conocen que 14 años antes de la tragedia, Morgan Robertson, un militar y escritor estadounidense, publicó un libro llamado El naufragio del titán, un texto en el que contaba la historia de un transatlántico que durante su viaje inaugural desde Nueva York hasta Southampton chocaba contra un iceberg y se hundía.

La historia relataba la tragedia de los tripulantes por no contar con suficientes barcos salvavidas y la muerte de miles de personas. La similitud de la historia con lo que pasó el Titanic la convierte en una de las predicciones más acertadas.

El barco que pudo salvar más vidas

El hundimiento del Titanic en medio del Atlántico para sus pasajeros era una muerte segura. Uno porque los botes salvavidas no alcanzaban ni para la mitad de los pasajeros, y otro porque era casi imposible que alguna embarcación vaya en su rescate.

Sin embargo, a pocas millas estuvo parado un barco llamado Californian, pero al no tener sistema de comunicaciones no se enteró de nada. Años más tarde, sus oficiales declararon que llegaron a ver ocho bengalas. Stanley Lord, su capitán, pasó un buen tiempo de pleitos por ese caso.

¿Quién fue realmente el culpable de la tragedia?

Es difícil culpar una sola persona como el responsable, dado que la Junta de Comercio del gobierno británico permitió que el Titanic navegara sin suficientes botes salvavidas.

Para aquella época, las autoridades no estaban al tanto de los avances en ingeniería marítima. La regulación que estableció fue que en barcos de hasta 10.000 toneladas brutas registradas (tbr) debía haber 16 botes salvavidas.

El Titanic tenía 46.329 tbr y fue diseñado para transportar a 3.511 pasajeros, además de la tripulación, pero solo tenía botes salvavidas para 962 personas.

Desde la realidad a la ficción, el Titanic es el recuerdo de una era en la que miles de emigrantes hicieron el viaje a través del Atlántico en busca de una nueva vida, la constante que hasta ahora se mantiene en muchas partes del mundo cuando intentan cruzar en un ‘barco de los sueños’ en pleno siglo XXI.