El gobierno de Nueva Zelanda finalmente presentó un proyecto de ley para prohibir definitivamente en el país las mal llamadas “terapias de conversión” a principios de 2022. Es casi seguro que la legislación se apruebe porque cuenta con el apoyo del Partido Laborista, Partido Verde y el Partido Nacional, que conforman la mayoría del Congreso.
Principalmente, el Partido Verde considera que el anuncio del Gobierno es una victoria. La portavoz del grupo, Elizabeth Kerekere, sostiene que el plazo se fijó gracias a la presión de una petición de más de 150.000 personas que pedían prohibir este conjunto de prácticas inhumanas que son nocivas para la salud mental y física de las personas LGTBI+.
El ministro de Justicia, Kris Faafoi, señaló el lunes 22 de febrero que el Gobierno tenía previsto presentar una ley al Parlamento a mediados de este año, que prohibiría las terapias de conversión en diciembre, o a más tardar en febrero de 2022. Asimismo, la primera ministra, Jacinda Ardern, recalcó que dicha legislación estaría en el Congreso este año, pero no dio fecha.
Kerekere sostuvo que la petición de miles de personas presionó al Gobierno para que adelantara el proceso de prohibición de la terapia de conversión. “Esperar hasta finales de año para introducir la legislación nunca fue aceptable, pero estoy muy contenta de que ver que se adelantó al menos seis meses”.
“En el tiempo que se tarda en aprobar la ley, ese plazo habría significado que la práctica era legal hasta finales de 2022, dos años más de tortura para nuestra comunidad que eran totalmente evitables”, agregó.
150.000 personas en Nueva Zelanda creen que la terapia de conversión debe prohibirse urgentemente. Foto: Twitter
Las terapias de conversión se basan en la creencia de que las personas con orientaciones sexuales o identidades de género diversas son “anormales” y deber ser sometidas a “prácticas crueles y perjudiciales” para que encajen dentro de los estándares heteronormativos.
Faafoi advirtió que la terapia de conversión puede llevar a la “coerción y el abuso mental” en la visión equivocada de que la orientación sexual o la identidad de género de una persona necesita ser “curada”. Recalcó que estas prácticas no tienen ninguna base científica y que, por el contrario, pueden provocar daños reales y duraderos.
El Ministerio de Justicia está trabajando en la elaboración de una ley que cree un nuevo delito que prohíba las terapias de conversión, lo que implicaría determinar si se regulará por el derecho civil además del penal, informó MOR.BO.