Fiscales alemanes confiscaron a un estafador unos 55 000 000 de euros equivalentes a 60 000 000 de dólares valorizados en bitcoins, moneda virtual o un medio de intercambio electrónico que sirve para adquirir productos y servicios como cualquier otra moneda, informó la agencia Reuters.
Sin embargo, hay un serio obstáculo: no pueden liberar el dinero porque no encuentran la clave del software que almacena la criptomoneda.
El hombre fue condenado a presión a inicios de 2018 y desde entonces ya ha cumplido la sentencia, pero mantuvo silencio durante toda la investigación mientras la policía hacía esfuerzos por ingresar al sistema para acceder a más de 1.700 bitcoins, dijo Sebastian Murer, fiscal de la ciudad bávara de Kempten. “Se lo preguntamos pero no nos la dijo. Quizás no lo sabe”, manifestó la autoridad.
Los bitcoins se almacenan en un programa conocido como billetera digital que está encriptado. Se utiliza una clave para destrabar el sistema y acceder a las monedas digitales. Cuando la contraseña se pierde, no es posible que otro usuario abra la billetera virtual.
El sujeto culpable por el fraude fue sentenciado a más de dos años de cárcel por instalar de forma encubierta el programa en otras computadoras a fin de potenciar su capacidad de minar la divisa virtual, es decir, de producir bitcoins. Los fiscales se han asegurado de que el hombre acusado no tenga más acceso a criptomonedas.
Cuando fue encarcelado en 2018, los agentes germanos accedieron a 86 de esos bitcoins que no estaban protegidos por contraseña y que se canjearon por un valor de 500.000 euros que pasaron a la Hacienda Pública. Las bitcoins que había acumulado valían una fracción de lo que cuestan actualmente. El precio se ha disparado en el último año hasta marcar un récord histórico de 42.000 dólares en enero.
Según la plataforma de gestión digital, CEO de Cryptounify, entre un 17% y 23% de los bitcoins existentes han desaparecido para siempre. Miles de millones de dinero perdidos por descuidos más o menos voluntarios u olvidos que siguen produciéndose.
Según los responsables de la investigación, ellos no pueden acceder a esos bitcoins, pero el estafador tampoco. Si lograran acceso, las criptodivisas se venderían y los fondos recaudados pasarían a formar parte del tesoro estatal.
El viernes último, la moneda digital más popular del mundo cotizaba en 37.577 dólares, de acuerdo al sitio de blockchain Coindesk.