El presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, rechazó tener vínculos con narcotraficantes y consideró “calumnias” las acusaciones de fiscales federales en los Estados Unidos que citan testimonios de capos de la droga.
“Esas calumnias que estoy recibiendo, calumnias basadas en testimonios de estos narcotraficantes, a los que hemos capturado, y otros que se han entregado, tienen únicamente el fin de venganza”, aseveró el gobernante en un discurso en el Congreso.
Según Hernández, dos docenas de líderes de los cárteles de drogas fueron extraditados por su Gobierno hacia Estados Unidos y otros se han entregado.
“No he sido, no soy, ni seré amigo de ninguno de estos delincuentes, y continuaré mi lucha hasta el último día de mi Gobierno, cueste lo que cueste”, sentenció.
El mandatario atribuyó las acusaciones en su contra a “historias tan ingenuas, ridículas”. “Es sorprendente que algunas personas puedan avalar este tipo de historias fantasiosas, con guiones ingenuos y absurdos”, añadió en referencia a los testimonios presentados en la corte de Nueva York.
En su sesión del lunes 25 de enero, el Congreso rechazó —por mayoría de votos del oficialismo—, una moción presentada por tres diputados opositores para que se abriera un proceso de destitución al presidente “por ser vinculado en múltiples juicios de narcotraficantes que se enjuician en Estados Unidos”.
Aunque sin mencionarlo por su nombre, sino con el código CC-4, Hernández fue vinculado con cárteles de drogas hondureños y mexicanos en un juicio en que la corte del Distrito Sur de Nueva York encontró culpable como narcotraficante “a gran escala” a su hermano menor, Juan Antonio ‘Tony’ Hernández, en octubre de 2019.