En diálogo con la BBC, con motivo de la publicación del primer tomo de sus memorias, Una tierra prometida, el expresidente de Estados Unidos, Barack Obama, señaló que la nación enfrenta un duro desafío de revertir la cultura de confiar en “las locas teorías de conspiración”, que exacerbó la división entre los ciudadanos.
Obama manifestó que dicha polarización de actitudes se ha tornado mucho más profunda que hace cuatro años, cuando Donald Trump fue elegido como la máxima autoridad del país.
Y añadió que el triunfo de Joe Biden en los comicios presidenciales del pasado 3 de noviembre solo es el inicio del largo camino para sanar las heridas que existen en la sociedad estadounidense. En ese sentido, indicó que “una elección no es suficiente para revertir esa tendencia”.
Combatir la polarización de una nación, explicó, no puede dejarse únicamente en manos de las decisiones de los funcionarios, sino que necesita un cambio estructural en el que la gente se escuche la una a la otra y se encuentren “puntos comunes basados en hechos reales” antes de debatir entre ellos.
No obstante, el exjefe de Estado subrayó que tiene una “gran esperanza en las sofisticadas actitudes de las nuevas generaciones” y exhortó a la juventud a “cultivar un optimismo cauteloso en que el mundo puede cambiar” y ellos puede ser “parte de ese cambio”.
Obama sostuvo que la ira y resentimiento entre la población rural y urbana, la inmigración, las injusticias y “esa clase de locas teorías conspirativas, que algunos llaman la decadencia de la verdad”, que fueron extendidas por algunos medios y “turboimpulsadas por las redes sociales”, tienen mucho que ver con la división de la sociedad.
“Estamos más divididos ahora, mucho más de lo que estábamos cuando fui candidato a la presidencia en 2008”, contó el exmandatario al medio británico.
Con respecto al racismo, Obama, quien hizo historia como el primer presidente afrodescendiente en Estados Unidos, expresó que el tema de la raza fue “una de las principales fallas en la historia de EE.UU. Es nuestro pecado original”.
Para el expresidente, los incidentes de mediados de año, incluyendo el fallecimiento de George Floyd por abuso policial y la respuesta contra el racismo no solo en el país, sino en todo el mundo, crearon al mismo tiempo momentos de angustia y entusiasmo.
“Desespero porque el papel persistente crónico de la raza y el prejuicio en nuestro sistema de justicia penal continúa de una forma tan descarada”, comentó. “Pero a la vez, enorme optimismo por la efusión de activismo e interés de protesta que superó con creces todo lo que habíamos visto anteriormente y que, además, fue pacífico".