En un discurso virtual ante la Asamblea General de las Naciones Unidas el pasado martes 29 de setiembre, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, hizo una grave denuncia contra Hezbolá.
La autoridad política presentó evidencias de que la organización, considerada como terrorista por Washington, tiene un depósito de armas oculto en medio de Beirut, muy cerca al puerto donde ocurrió el estallido el pasado 4 de agosto.
“Todos vimos la terrible explosión en el puerto de Beirut el mes pasado. Aquí es donde puede ocurrir la próxima, en el barrio de Janah, justo al lado del aeropuerto internacional. Hezbolá tiene allí un depósito de armas secreto que está a metros de una compañía de gas y de una gasolinera, rodeado de casas residenciales”, expresó Netanyahu en su alocución sobre el organismo.
El primer ministro mostró la entrada de lo que tildó como una ‘fábrica de misiles de Hezbolá’ y luego envió un mensaje a la comunidad libanesa. "Le digo a la gente de Janah, tienen que actuar ahora, tienen que protestar, porque si eso explota será otra tragedia. Al pueblo del Líbano: Israel no quiere hacerles ningún daño, pero Irán sí los puso en grave peligro. La comunidad internacional tiene que insistir para que Hezbolá deje de usar a civiles como escudos humanos”.
Según las autoridades libanesas, el pasado 4 de agosto se reportaron 190 fallecidos, 6.500 heridos y 300.000 personas sin hogar a causa de la explosión de 2.750 toneladas de nitrato de amonio en el puerto de Beirut.
La deflagración del fertilizante llevaba seis años almacenados sin custodia. Debido al incidente, una gran parte de la ciudad quedó desolada. Más de 50.000 casas fueron dañadas, nueve hospitales fueron afectados y solo uno de ellos está operativo por completo. De igual manera, se estima que las pérdidas materiales ascienden a 15.000 millones de dólares.
Una posible nueva explosión se hace más verosímil luego de que agencias internacionales y la prensa local del Líbano informaran que la semana pasada voló por el aire un depósito de municiones de Hezbolá en los alrededores de una aldea al sur de Líbano. Una fuente cercana al grupo proiraní reveló a la agencia AFP que fue un “accidente”.