Pese al optimismo que hay en el mundo por la posible llegada de una vacuna contra la COVID-19 en los próximos meses, algunos expertos han alertado que quizás esta no sea tan efectiva en personas con obesidad.
“Sabemos, por otras vacunas que se han probado en poblaciones obesas, que estos individuos no responden tan bien a estas vacunas”, dijo Matthew B. Laurens, investigador principal de la Facultad de Medicina de la Universidad de Maryland (Estados Unidos) a la cadena televisiva ABC News.
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Previamente, se ha demostrado que la efectividad de vacunas contra la influenza, la hepatitis B y la rabia disminuye cuando se utiliza en personas con obesidad, según el medio antes citado.
Fase de desarrollo de las principales vacunas. Infografía: La República
En el caso del coronavirus SARS-CoV-2, diversos estudios han comprobado que la población con un índice de masa corporal elevado tiene un riesgo mayor de enfermar y fallecer a causa de la COVID-19. Incluso, en Reino Unido recomendaron a estas personas bajar de peso.
En Estados Unidos, que al igual que Reino Unido tiene una de las tasas de obesidad más altas del mundo, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés) han ratificado que este grupo poblacional forma parte de los más propensos a morir por COVID-19.
“Mientras estamos desarrollando una vacuna para la COVID-19, reconocemos que podría no funcionar en todas las poblaciones, incluyendo a aquellas que sufren obesidad. Por lo tanto, esa es una gran preocupación”, subrayó Laurens.
Número de muertos y casos por el nuevo coronavirus en América Latina y el Caribe, y los países más afectados al 30 de agosto a las 16H30 GMT. Infografía: AFP
Existen varias teorías de por qué las vacunas parecen no funcionar tan bien en los pacientes obesos. Una es que la inflamación crónica puede interferir con la respuesta inmune, dejándolos en una especie de vulnerabilidad en relación con otros, refirió el medio local.
“La obesidad desencadena un estado inflamatorio crónico en los seres humanos”, declaró el doctor Leonard Friedland, vicepresidente y director de Asuntos Científicos y Salud Pública de las vacunas de la compañía británica GlaxoSmithKline.
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Otra hipótesis es que los adultos obesos, debido a su mayor grasa corporal, pueden necesitar una dosis mayor o incluso una dosis de refuerzo de la vacuna para preparar adecuadamente su sistema inmunológico para combatir el coronavirus.
“Es un problema real”, enfatizó Friedland. Cuestionado por ABC News sobre si la vacuna contra el virus SARS-CoV-2 puede romper estos antecedentes respondió: “No lo sabemos. Creo que se podría decir que es posible. La nueva tecnología es diferente”.