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Brasil: acusan a sacerdote de comprar mansión y avión privado con el dinero de los fieles

Según la Fiscalía del estado de Goiás, la fundación del clérigo recauda cerca de 3,5 millones de dólares mensuales para “evangelizar” e “impulsar obras sociales”.

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La justicia brasileña decidió no arrestar al sacerdote Robson de Oliveira hasta que avancen las investigaciones del caso. Foto: Weimer Carvalho / EFE

Robson de Oliveira es uno de los sacerdotes católicos más conocidos de Brasil con un estatus semejante al de una celebridad del cine, al menos hasta esta semana, cuando la Fiscalía le consideró líder de un esquema de corrupción por el que supuestamente desviaba el dinero de los cientos miles de fieles que le idolatran.

La expiación de Robson sucede en la misma semana que otro célebre religioso, Everaldo Días Pereira, de una corriente evangélica, fuese detenido este viernes en una mediática operación, debido a irregularidades en el manejo de los fondos destinados al combate contra la COVID-19 en el estado de Río de Janeiro y que terminó con la suspensión del mandato de su gobernador, Wilson Witzel.

De Oliveira y Pereira pertenecen a las dos principales corrientes religiosas de Brasil: el catolicismo, que viene menguando en las últimas décadas; y las pujantes iglesias cristianas evangélicas, que apoyan en gran parte al Gobierno derechista del presidente Jair Bolsonaro.

Los católicos representan cerca del 50% de los 210 millones de brasileños, mientras que los evangélicos han ascendido hasta representar cerca de un tercio de la población. Pese al número de católicos, el país sudamericano sigue como el sector que alberga más fieles de esta corriente en el mundo, con unos 100 millones.

Donaciones millonarias

La estrategia adoptada por el sacerdote Robson, uno de los responsables por la famosa Basílica del Divino Padre Eterno de Trindade, tenía mucho parecido al marketing político. Predicaba a través de la televisión para establecer una especie de marca católica con la meta de formar una comunidad de donantes.

Según la Fiscalía del estado de Goiás (centro), el padre Robson, de 46 años, se aprovechó de su notoriedad para liderar una organización delictiva. Las autoridades le consideran sospechoso de haber recaudado dinero de los fieles para desviar millones de dólares en recursos, que se utilizaron en diversas actividades económicas no compatibles con la religión.

La Asociación de Hijos del Padre Eterno (Afipe), fundada por el cura Robson para “evangelizar” y “promover obras sociales”, presuntamente sirvió para la compra de haciendas ganaderas y actividades mineras, según la Policía y la Fiscalía de Goiás.

Se presume que la Afipe recibe donaciones de unos 3,5 millones de dólares mensuales. Usando testaferros y empresas ficticias, Afipe incluso habría adquirido una casa de vacaciones en el estado costero de Bahía por 350.000 dólares y un avión privado por el mismo precio.

La asociación movió, entre entradas y salidas de efectivo, más de 300 millones de dólares, de acuerdo con las investigaciones. Se calcula que las desviaciones delictivas pueden haber llegado a 25 millones de dólares.

La Fiscalía llegó a pedir la detención del padre Robson por delitos como malversación, falsificación de documentos, organización delictiva y blanqueo de capitales. No obstante, los tribunales optaron por no encarcelar al religioso hasta que avancen las investigaciones.

Una extorsión en el origen

Las investigaciones sobre la presunta organización criminal comenzaron en 2017, luego de que el padre Robson recurriera a la Policía por una extorsión de la que había sido víctima. Un pirata informático había robado información del teléfono celular del sacerdote, que supuestamente contenía evidencia de una relación sentimental, y le exigió el pago de 350.000 dólares para evitar revelar los secretos.

El implicado entonces habría cedido al chantaje inicialmente, tomando dinero de Afipe para pagar a los criminales, antes de recurrir a la Policía. En diálogo con TV Globo, la mayor emisora de Brasil, el sacerdote admitió que utilizó la asociación para hacer los pagos, ya que “no tenía condiciones económicas” para sufragar la petición de los chantajistas, pero que previó la devolución de estos fondos luego de concluido el caso.

El padre Robson se ha defendido de las acusaciones, negando cualquier irregularidad y justificando la diversificación de las actividades de Afipe como “inversiones” que están “dentro del propósito” de la entidad. También se puso a disposición de las autoridades para colaborar con las investigaciones y esclarecer todo lo antes posible.

El Divino Padre Eterno

El padre Robson es una figura central en toda la devoción al Divino Padre Eterno que, impulsada principalmente por la televisión, llegó a los cuatro rincones del territorio brasileño y se convirtió en una de las tres manifestaciones más grandes del país y una de las que congregan a más católicos en el mundo.

La historia del Divino Padre Eterno comienza en 1840, cuando una pareja de agricultores de la región de Trindade habría encontrado una imagen de la Santísima Trinidad con la Virgen María. Desde finales del siglo XIX, la ciudad de Trindade, de unos 130.000 habitantes y situada en Goiás, ha recibido peregrinos y fieles de todo Brasil.

Pero después de que la novena del Padre Eterno y las misas del Santuario local comenzaron a ser transmitidas desde 2013 por Rede Vida, un canal de televisión abierta que cubre todo el interior del país, la devoción se ha consolidado como una de las tres más grandes entre los católicos brasileños junto a Aparecida (Sao Paulo) y Círio de Nazaré (Pará).

Con el elocuente Padre Robson a cargo de la red de evangelización, la causa del Padre Eterno comenzó a recibir miles de donaciones de todo el país, gran parte pagadas en facturas enviadas por cartas a ancianos y personas sin acceso a Internet ni a la red bancaria.

Trindade se ha convertido en un destino de turismo religioso, recibiendo en la fiesta del Padre Eterno del año pasado, entre junio y julio, cerca de tres millones de fieles, además de los muchos que van al Santuario durante todo el año. Al mismo tiempo, el padre Robson, con casi cuatro millones de seguidores en sus redes sociales, sin mencionar a los ancianos aislados de la tecnología, se convirtió en una celebridad.

“No creo que sea verdad. Es una persona muy querida, muy seria, pero si delinquió será una gran decepción para mí”, dijo a EFE María Rodrigues, una católica, de 85 años, que dona dinero todos los meses al padre Robson y no se pierde una retransmisión de las misas.