Ante la llegada de la pandemia del nuevo coronavirus, una mujer que cuidaba niños o trabajaba como empleada doméstica, decidió invertir en el rubro del calzado, por lo que compró 12 pares de zapatos. Sin embargo, el segundo pedido no llegó a concretarse a causa del robo que sufrió en la localidad de Glew, en el partido de Almirante Brown (Argentina).
Todo empezó este sábado 18 de julio a las 2.00 p. m., cuando Noemí pactó una reunión con una clienta en la estación de trenes de Glew. Ya había asistido al lugar por la mañana, pero la compradora no se presentó y quedaron en volverse a ver en la tarde, pero la emprendedora nunca llegó.
En diálogo con Clarín, la víctima de 30 años contó: “Estuve esperando el colectivo sobre Clark y, como no venía, empecé a caminar hasta la avenida a ver si pasaba otra línea que me llevara más rápido. Iba hablando con mi hermana por teléfono, la verdad es que estaba distraída y preocupada porque estaba llegando tarde”.
El incidente quedó grabado por las cámaras de seguridad que instalaron los habitantes en Clark. El hurto duró solo unos segundos —como se puede ver en el video—, pero le provocó una fractura de tibia y peroné, daño que la tendrá paralizada durante varios meses.
“Nunca me había pasado algo así que me robaran de esta manera. Me aferré al celular porque era mi herramienta de trabajo en este momento”, contó Noemí al medio argentino.
La madre de dos hijos, de 9 y 13 años, manifestó: “Le tiraba patadas, todo, pero no podía. Intentaba y no me podía mover, ahí me di cuenta que me había lastimado. Se lo llevó, me dejó sin nada. Y eso que tenía la mochila, la plata en el bolsillo, pero él quería solo el celular”, sostuvo.
Los paramédicos tardaron mucho en llegar y cuando la movieron no soportaba el intenso dolor, cuenta la mujer, quien salió con la pierna totalmente enyesada del Hospital Lucio Meléndez y se encuentra a la espera de que los médicos decidan qué prótesis requieren para operarla.
“Como no tengo obra social, tengo que esperar que en el hospital me hagan unas placas y vean cómo puedo hacer. Los tornillos son impagables”, indicó Noemí. “Estamos esperando que los agarren para que no lastimen a otra chica, porque a mí me arruinó”.