Ghislaine Maxwell, hija del magnate británico Robert Maxwell, fue detenida por el FBI el 2 de julio en New Hampishire. La Fiscalía de Nueva York la acusa de seis delitos relacionados con el tráfico sexual de menores, en complicidad con el multimillonario fallecido Jeffrey Epstein.
Maxwell ha sido vinculada estrechamente con la realeza británica, políticos y millonarios estadounidenses. Según la apreciación de Spencer Kuvin, uno de los abogados de las víctimas de Epstein, la socialité “sabe demasiado” y es probable que intenten callarla. En otro escenario, agrega, puede que no logre soportar la presión de estos poderosos y termine suicidándose.
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“No creo que salga viva de la cárcel. Dije lo mismo sobre Jeffrey Epstein y la gente se rió de mí... Creo que ella sabe demasiada información, solo tengo este presentimiento”, declaró Kuvin para el medio británico Daily Mail.
Ghislaine Maxwell se enfrenta a una pena máxima de cadena perpetua si es encontrada culpable. En los próximos días será trasladada a Nueva York, donde tendrá que declarar por los delitos que se le inculpa.
La Fiscalía del distrito que lleva su caso asegura que Maxwell ayudó a Jeffrey Epstein a cometer los actos sexuales ilegales entre 1994 y 1997. En ese tiempo, ella “facilitó, asistió y contribuyó al abuso de chicas menores de edad”, señala el texto de inculpación.
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Las víctimas eran conocidas de ambos y fueron reclutadas con un método. Maxwell y Epstein invitaban a adolescentes vulnerables al cine, a hacer compras y les preguntaban por la escuela y su familia, dijo Audrey Strauss, fiscal interina del distrito sur de Nueva York.
“Les hacían sentir que tenían una deuda con Epstein”. A veces Maxwell participaba en el abuso sexual de las adolescentes, algunas de apenas 14 años, incluido en masajes sexuales; a veces solo miraba, añadió la fiscal.