En Australia, un hombre de 35 años creyó haber asesinado a un búfalo con las flechas que le disparó, pero resultó que todavía le quedaba un poco de aliento. En su último y agónico esfuerzo, el animal se levantó y lo embistió fuertemente con su cornamenta.
Tras el ataque, Chris McSherry, quien tiene costumbre de publicar en su cuenta de Facebook sus “hazañas” de caza, acabó con la rodilla atravesada y un corte grande debajo de sus nalgas, por lo que tuvo que ser internado en un centro de salud de la zona.
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El violento incidente se registró en la región de Port Bradshaw, al noreste del país asiático, cuando el sujeto, padre de cinco hijos, fue de caza al lugar y encontró un búfalo, que se convirtió en su objetivo.
En conversación con el portal NT News, McSherry dijo que observó al animal y le disparó dos flechas. Después, persiguió el rastro de la sangre del búfalo y le pegó dos veces más. Al acercarse al animal confiado de que estaba muerto, el cazador se llevó un susto que casi le cuesta la vida. La bestia, de 800 kilos aproximadamente, se incorporó, le clavó una de sus astas y lo lanzó a un par de metros.
“Fue entonces cuando caí al suelo y el animal volvió a clavarme los cuernos. Me agarró por la pierna derecha y me arrojó unos tres metros”, contó al medio australiano.
Luego de dar su último momento de lucha, el bóvido pereció. Posteriormente, McSherry fue llevado a un hospital de la región para ser sometido a una intervención quirúrgica de urgencia.
“El búfalo me dejó con algunas heridas importantes. Tengo un agujero del tamaño de una lata de Coca-Cola encima de la rodilla y una herida de ocho pulgadas (20 centímetros) justo debajo de mi trasero”, sostuvo.
De acuerdo a la opinión de los especialistas, el cazador necesitará varios implantes de piel para cubrir las heridas producidas por el búfalo. Por otra parte, McSherry señaló que, pese a su lesión, no tiene pensado dejar la caza.