Tatiana Moreno, una intensivista de un hospital en Quito, capital de Ecuador, aseguró a EFE que la dimensión de la pandemia del coronavirus (COVID-19) “es irrepetible”.
Moreno trabaja en el Hospital del Instituto Ecuatoriano de la Seguridad Social (IESS) Quito Sur, centro de referencia para la atención de los casos de coronavirus (COVID-19) en el país, donde más de 1.800 profesionales de la salud lo están dando todo para salvar vidas.
Especialista en el área de terapia intensiva, atendió a las víctimas del terremoto que en 2016 devastó las provincias de Manabí y Esmeraldas, pero afirma que lo que están viendo los facultativos en la capital de Ecuador no tiene comparación.
Y es que las estadísticas oficiales muestran que Quito ha experimentado un crecimiento pronunciado de contagios en las últimas tres semanas por lo que podrían cumplirse los pronósticos del alcalde, Jorge Yunda, de que el tope de la curva llegará a fin de mes.
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La provincia de Pichincha, de la que Quito es capital, es la segunda en número de positivos y muertes por el virus en el país, después de la de Guayas, y aglutina 2.840 contagios y 220 decesos, un incremento de fallecimientos superior al 100% respecto a hace una semana.
“Al momento estamos viviendo una situación muy estresante, con más sacrificio físico y mental. A veces hacemos un alto durante el turno para tomar nuevas energías”, comentó Tatiana Moreno, integrante de un equipo de facultativos que todos los días lidian con sus propias emociones en una lucha desigual, en la que a veces vencen al virus y otras son vencidos.
La unidad de cuidados intensivos de su hospital se ha tornado en la primera línea de combate de la enfermedad, a donde son trasladados aquellos pacientes tratados en otros centros médicos para librar su última batalla, la mayoría de las veces con intubación y respiración asistida.
La galena de Ecuador mencionó que la evolución de otras enfermedades de alguna manera es predecible, pero con el coronavirus (COVID-19) no se sabe: “En momentos parece que se va a conseguir el éxito, sin embargo (los pacientes) tienen un retroceso espantoso que nos deja fríos”.
"Hay dolor al decir ‘hasta aquí llegamos con este paciente’ para dar oportunidad a otro”, añade.
Tatiana Moreno recuerda que al comenzar la pandemia llegó al centro médico un hombre con falla respiratoria, que antes de ser sedado le pidió el teléfono para poder hablar con su esposa y despedirse. Tras someterse al tratamiento no despertó y murió.
“Si yo no hubiese hecho eso, tal vez me habría arrepentido de no permitirle despedirse de su familia, no hicimos otra llamada y sus parientes tuvieron que aceptar el fallecimiento sin haberlo visto”, relata como testimonio de la más cruda soledad del enfermo de coronavirus (COVID-19).
En la unidad de cuidados intensivos del Quito Sur, la mortalidad está en torno al 30 y 40 % debido a que muchos de los casos graves son adultos mayores, aunque también hay jóvenes.
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En Quito, una ciudad con cerca de tres millones de habitantes, hay seis hospitales que reciben a pacientes de coronavirus (COVID-19), y aunque ya hay una notoria presión sobre los centros médicos, la verdadera prueba se espera a finales de la semana que viene.
Foto: AFP.
El IESS Quito Sur acoge a más de 400 contagiados y se ha dispuesto un hospital móvil en los exteriores para dar cabida a más enfermos ante la elevada demanda de camas.
Muchos de los paciente llegan con sus pertenencias y un teléfono celular, pero si su condición empeora son los propios doctores los encargados de informar de su estado de salud y no siempre son buenas noticias.
Moreno destaca que los pacientes en terapia intensiva no solo padecen por los estragos de la enfermedad sino también las consecuencias psicológicas de su internamiento.
"Habrá que ver a futuro cuáles son las secuelas que deja la enfermedad. En otras enfermedades se genera estrés postraumático, en los enfermos con el virus puede suceder lo mismo", avanza la médica, quien no oculta su preocupación de contagiarse.
“Cada vez que empiezo un turno no se si será el último día en que estaré como médico y luego como paciente”, reconoce, mientras Ecuador reporta al menos 2.839 fallecidos y 34.151 positivos por coronavirus (COVID-19).