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El Salvador: les dijeron que murió por coronavirus, pero lo hallaron con grilletes dentro del ataúd [VIDEO]

Los familiares denunciaron que Luis Mejía, al parecer, habría sido víctima de torturas debido que todo el cuerpo presentaba lesiones por golpes.

larepublica.pe
Los familiares dijeron que la víctima gozaba de buena salud y no tenía ninguna enfermedad.

Familiares y amigos exigieron a las autoridades de El Salvador iniciar una exhaustiva investigación sobre la muerte de Luis Iván Mejía Bonilla. En el hospital donde le entregaron el cuerpo, los médicos les dijeron que murió por COVID-19, pero cuando vieron el cadáver en el ataúd, el sujeto llevaba puestas unas esposas en las muñecas.

Según contó Adela Mejía, madre de Luis, los médicos le dieron un certificado de defunción en el que detallaban que el occiso había fallecido por sangramiento del tubo digestivo a causa del coronavirus el pasado 6 de mayo. Sin embargo, al ver el cuerpo, el hombre tenía severas lesiones.

“Nos dijeron que había muerto de coronavirus y que no lo veláramos ni abriéramos la caja, pero en el papel que nos dieron decía otra cosa. Además, si hubiera muerto de ese coronavirus ni nos lo hubieran entregado, sino que de frente lo hubieran llevado a enterrar”, dijo Adela.

Según información a la que tuvo acceso el medio El Salvador, Luis Iván fue capturado el pasado 28 de abril en el cantón Santa Teresa, municipio de Santiago Nonualco, departamento de La Paz, junto a 10 personas más a quienes la Fiscalía General de la República (FGR) acusó de haber participado en el asesinato del soldado Jhonis Alexánder Delgado Canales, de 20 años, el pasado 26 de abril de 2019.

Familiares exigieron a las autoridades de El Salvador iniciar una investigación sobre la muerte de Luis Mejía.

Tras una audiencia desarrollada el 1 de mayo, la jueza resolvió enviar a prisión a los ocho involucrados a excepción de los dos menores de edad. Sin embargo, el miércoles 6 de mayo, los familiares fueron avisados que Luis estaba siendo derivado al hospital Santa Teresa, de Zacatecoluca.

Una hermana de Luis fue al centro de salud pero cuando llegó le dijeron que ya había muerto y tanto los policías como empleados del nosocomio no los dejaron acercarse a la cama del carro policial donde estaba el cuerpo.

Los familiares dijeron que la víctima gozaba de buena salud y no tenía ninguna enfermedad, por eso les sorprende que en pocas horas haya sufrido un deterioro tal que derivara en su muerte.

El día del entierro algunos parientes no creían que Luis Iván estuviese muerto por la COVID-19 y abrieron el ataúd antes de depositarlo en la fosa.

Su sorpresa fue que el cuerpo presentaba golpes, de los ojos manaba sangre, todo el rostro estaba ensangrentado y envuelto en una sábana blanca. Lo peor de todo, aseguran, es que aún cuando Luis Iván tenía una buena dentadura, el cadáver tenía los dientes saltados, como si se los hubiesen querido arrancar y no le habían quitado ni las esposas (grilletes).

Pero hoy, los amigos y vecinos, incluyendo el sacerdote José Arcadio Santamaría, párroco del cantón, piden que se investigue esa muerte y también el proceso por el cual han sido capturados.