Sin veteranos en las calles y sin tanques en la plaza Roja. Así celebró hoy Rusia el 75º aniversario de la victoria sobre la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial debido al coronavirus, que impidió la asistencia de los principales líderes mundiales a una fiesta con la que el Kremlin quería iniciar el deshielo con Occidente.
“Hicieron tanto por nuestra patria que no se puede ni medir ni pagar. Salvaron nuestra patria y la vida de las futuras generaciones, liberaron Europa y defendieron el mundo, reconstruyeron ciudades y pueblos, lograron grandes hazañas”, declaró el presidente ruso, Vladímir Putin, dirigiéndose a los veteranos desde los Jardines de Alejandro, frente a las murallas del Kremlin.
Acostumbrados al grandioso desfile militar sobre el empedrado de la plaza más importante del país, los rusos se tuvieron que conformar hoy con un breve discurso de Putin. La imagen de este solo, depositando un ramo de flores frente a la llama eterna de la Tumba del soldado desconocido y guardando un minuto de silencio, resumió una jornada deslucida por el confinamiento de los 146 millones de rusos.
Por primera vez desde 1995, Moscú no fue escenario de una parada militar, que habitualmente incluye el despliegue de más de 10.000 soldados, tanques, baterías antimisiles y cohetes intercontinentales.
Ni siquiera el llamamiento de Putin a la unidad –"Sabemos y creemos firmemente que somos invencibles cuando estamos juntos"– sirvió para levantar el ánimo de los rusos, especialmente en Moscú, donde se superaron hoy los 100.000 casos de Covid-19.