BBC
Mientras el coronavirus continúa propagándose, más de 90 equipos científicos en el mundo están trabajando en una vacuna que pueda acabar definitivamente con la pandemia. Ya hay seis candidatos que llegaron a una meta importante en esta carrera: los ensayos en humanos.
La vacuna de Moderna Therapeutics, la empresa de biotecnología cuyos ensayos están financiados por los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de EEUU, no está producida con el virus que causa el Covid-19. Está basada en un ARN mensajero o ácido ribonucleico mensajero.
La vacuna de Inovio, una empresa de biotecnología en Pensilvania, también se basa en una nueva estrategia de investigación. Está centrada en la inyección directa de ADN a través de un plásmido (una pequeña estructura genética) para que las células del paciente produzcan los anticuerpos para combatir la infección.
La empresa de biotecnología china CanSino Biologics, en colaboración con el Instituto de Biotecnología y la Academia de Ciencias Médicas Militares de China, creó una vacuna que utiliza como vector una versión no replicante de un adenovirus, el virus que causa el resfriado común.
Este fármaco es realizado por los expertos del Instituto Médico Genoinmune de Shenzhen, también en China. Está centrado en el uso de células dendríticas modificadas con vectores lentivirales.
Del Instituto de Productos Biológicos de Wuhan, subordinado al Grupo Farmacéutico Nacional de China, Sinopharm. Este tipo de vacuna inactivada requiere producir partículas de virus en reactores y después purificar esos virus para que pierdan su capacidad de enfermar.
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Está desarrollada por el Instituto Jenner de la Universidad de Oxford, Inglaterra. Es una vacuna recombinante similar a la de la empresa china CanSino. Pero el equipo de Oxford está utilizando como vector una versión atenuada de un adenovirus del chimpancé que ha sido modificado para que no se reproduzca en humanos.
“Esta es la tecnología más común y la plataforma de producción más experimentada en producción de vacunas”, explica Felipe Tapia del Instituto Max Planck.
- La velocidad con que se llevan a cabo las investigaciones, afirman los expertos, es extraordinaria, considerando que el desarrollo de una vacuna puede tomar años o incluso décadas.
- Y es que normalmente una vacuna debe seguir varias etapas, primero en el laboratorio y después en pruebas con animales.
- Si se demuestra que es segura y puede generar una respuesta inmune, entonces comienzan los ensayos con humanos.