El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, dijo este Primero de Mayo que le gustaría que todos los brasileños “volvieran a trabajar”, en un nuevo recado hacia los gobernadores y alcaldes del país por las medidas de aislamiento social decretadas para frenar el coronavirus.
“Me gustaría que todos volvieran al trabajo, pero no soy yo quien decide esto. Son los gobernadores y alcaldes”, dijo Bolsonaro en una transmisión en directo a través de las redes sociales de la diputada federal Beatriz Kicis.
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El líder ultraderechista dijo estar seguro de que “brevemente” Brasil “volverá a la normalidad”, a pesar de que la pandemia está acelerando y aún no ha llegado a su pico en el país, previsto para las próximas semanas, según cálculos del Ministerio de Salud.
Bolsonaro, que acostumbra a menospreciar la gravedad del virus y defiende el fin de las cuarentenas, de las que dice que son un “crimen”, mantiene un duro pulso con los gobernadores y alcaldes del país, que tienen la competencia para imponer cuarentenas en sus territorios, de acuerdo con la Constitución.
Las medidas de distanciamiento social rigen, con mayor o menor grado, en los 27 estados del país y son recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que en alguna ocasión Bolsonaro ha llegado a deslegitimar porque su director general, Tedros Adhanom Ghebreyesus, “no es médico”.
Sin embargo, el jefe de Estado ha exigido en varias ocasiones la reapertura de las comercios porque, según dice, el desempleo también “provoca muertes” e insiste en que “la economía no puede parar”.
El gobernante se ‘lavó las manos’ y responsabilizó esta semana a gobernadores y alcaldes del aumento de las muertes por la COVID-19, que en Brasil ya llegan a casi 6.000, con más de 85.000 casos confirmados.
“Ellos tienen que responder. Ustedes no van a cargar en mis espaldas esa cuenta”, dijo a los periodistas días atrás.