Richard Schirripa, propietario de una farmacia en el barrio de Upper East Side, en Nueva York, intentó aprovechar la crisis sanitaria debido al coronavirus que atraviesa Estados Unidos, que ya ha dejado más de 23.000 víctimas mortales.
Cabe precisar que la ciudad de Nueva York es el principal foco de la enfermedad en el país, con más de 7.000 fallecidos y centros de salud y morgues que superan su capacidad de atención.
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Schirripa acumuló decenas de miles de mascarillas y otros elementos de protección a inicios de año e incrementó de manera radical los precios cuando el virus afectó a Estados Unidos, según reveló The New York Post, en base a una orden de registro determinada por el Tribunal de Distrito de la ciudad.
El hombre, que sigue en libertad, fue grabado por los efectivos policiales cuando oficiales de civil discutieron con él la venta de barbijos quirúrgicos y comerciales de grado N-95 a entre 15 y 22 dólares, que habitualmente se comercializa por menos de 1.50 dólares, de acuerdo al informe del juzgado.
Asimismo, los agentes federales indicaron que el farmacéutico pagó más 200.000 dólares en mascarillas cuando el coronavirus empezó a propagarse en China, pero todavía no había llegado a territorio estadounidense.
El implicado le contó a los policías encubiertos que consiguió los productos de un proveedor en el estado de Florida, que a su vez los obtuvo en el mercado negro, donde el costo de la caja pasó de 20 a 400 dólares.
“Pagué un precio muy alto por ellos, pero sabes algo, cuando tienes algo que nadie más tiene, no es un precio alto. Solía vender una caja de estos por 20 dólares, ahora es como 15 por barbijo”, manifestó Schirripa a las autoridades.
El negociante fue captado mientras hacía entregas a otras farmacias y consultorios médicos en la localidad de Upper East Side tras un operativo ejecutado por la Seguridad Nacional, la policía de Nueva York y otras entidades de resguardo.