El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha anunciado este miércoles que ha estado hablando con el primer ministro de India, Narendra Modi, para recibir “materia prima” y seguir produciendo la hidroxicloroquina, y tratar a los pacientes contagiados por el COVID-19.
Bolsonaro, a diferencia de su Ministerio de Salud, se ha mostrado partidario de comenzar a utilizar este medicamento para tratar aquellas personas que han dado positivo por coronavirus, pese a que todavía se encuentra en fase experimental.
El presidente de Brasil se ha dirigido a los ciudadanos a través de la televisión pública con un discurso en el que ha señalado la necesidad de que todos sus ministros estén “en sintonía” con él, después de que durante la semana las diferencias con el titular de Salud, Luiz Henrique Madetta, se intensificaran al punto de que se especulara con su cese.
El jefe del Estado brasileño también ha insistido en la necesidad de tratar la pandemia a la vez que no se aparca la cuestión económica, ya que “las consecuencias del tratamiento no pueden ser más dañinas que la propia enfermedad”.
“El desempleo también lleva a la pobreza, al hambre, a la miseria, en fin, a la propia muerte”, ha argumentado Bolsonaro, quien se ha mostrado convencido al afirmar que la “mayoría de los brasileños” desea volver a sus puestos de trabajo.
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No obstante, en el último estudio llevado a cabo por el instituto Datafolha esta semana, se observa que el 76 por ciento de las personas consultadas considera que lo mejor en estos momentos, en los que Brasil ha registrado más de 800 muertes y más de 16 000 casos por coronavirus, es quedarse en casa.
En relación a las medidas de aislamiento que han decretado algunas autoridades estatales para intentar frenar el avance del COVID-19, Bolsonaro, quien se ha mostrado siempre en contra de estas decisiones, ha asegurado este miércoles por la noche que “respeta la autonomía de los gobernadores y alcaldes”, pero ha apuntado que “el Gobierno no fue consultado acerca de la amplitud y la duración” de las mismas.